Muchas personas pasan día a
día cerca de muros pintados con grafitis. Pero ¿Toda la gente admira esas
decoraciones tan peculiares y tan “públicas”?
No son nada novedosas las discusiones que
aluden a si los grafitis son arte o vandalismo, pero sin duda, eso es muy
particular para cada persona. Para mí, los grafitis pueden ser ambas cosas.
Muchas veces se considera a
los grafitis vandalismo por el simple hecho de hacerse en puertas de
establecimientos o muros privados, es decir, de particulares. No quiero decir
con eso que deban hacerlo en lugares públicos, pero sí que creo que lo adecuado
es pedir permiso a los ayuntamientos para que destinen algunos espacios
especialmente para el garfiteismo.
Hablando se puede llegar uno a entender. Hasta la gente que grafitea puede
llegar a obtener beneficios para no tener que pintar en horario nocturno o a
escondidas.
Hay muchos jóvenes que
tienen un talento desmesurado y que dedican a sus obras horas y horas, bocetando
primero, y haciendo una minuciosa labor para que luego les sea fácil y rápido
pintar un muro sin que nadie les sorprenda y les detenga.
Para arriesgarse a hacer un
grafiti creo que se debe de tener un buen motivo. Puede que sea una obra de
manifestación, o un autor que le apetezca mostrar su arte en público sin
necesidad de llevar sus obras a una galería, o puede incluso tratarse de una
persona que quiere mostrar sus sentimientos abiertamente.
Hay grafitis realmente
hermosos. Tengo entendido que nuestros antepasados de las cavernas también
solían pintar en las paredes. ¿O no? Por eso mismo mi opinión es que el grafiti
sí es un arte. Lo es siempre y cuando se sepa emplear como tal. La verdad es
que andando por la calle puedes encontrarte cualquier cosa: desde el dibujo más
expresivo y atractivo que jamás hayas visto, y que te paras para mirarlo
detenidamente, hasta una pintada que parece estar hecha por un recién nacido,
que da la sensación que “ensucia” la calle.
Pero como los grafitis de las ciudades están
hechos en paredes que no pertenecen al artista, creo que todos los vecinos, que
al pasar por delante del grafiti se convierten en espectadores, deben aprobar si
se ven complacidos y decidir dejarlo tal y como está, o bien pintar la pared de
nuevo.
Por último, voy a dar mi
opinión acerca del uso de una pared como espacio donde pintar. Me da la
sensación que pintar en un muro es como subirle el nivel al pintar en un papel.
Debes de sentirte poderoso y admirado. Seguro que se experimentan unas
sensaciones que pintando sobre un lienzo no suelen percibirse. Las dimensiones
también son importantes. Puedes hacerlo tan grande como sea la pared, y sin
necesidad de exhibirlo en una galería de arte. Un grafiti es accesible a todo
el mundo, pobres, ricos, pequeños y grandes. Está mucho menos limitado que
otras obras. Un grafiti es la perfecta demostración de cómo debería ser todo el
arte para realmente formar parte de la cultura: arte abierto.
El arte verdadero sólo tiene que lanzar proclamas y llevarse a cabo en el silencio.
Will Rogers
La irresponsabilidad es parte del placer del arte. Es la parte que las escuelas no saben reconocer.
James Joyce