PEQUEÑOS Y GRANDES COMERCIOS
A lo largo
de nuestra historia, el mundo del comercio ha ido avanzado y evolucionando. Sus
primeras apariciones se remontan a finales del neolítico con el descubrimiento
de la agricultura. Después de pasar por el trueque y la introducción de la
moneda, aprovecharse de la gran evolución de la tecnología, ya sea con el barco
o con el tren, el comercio ha ido llegando a todas las partes de nuestro mundo anteponiéndose
ante todo y hoy, nos encontramos ante él como el medio más grande de
subsistencia. Sin embargo, actualmente el camino del comercio se encuentra
bifurcado en dos grandes grupos: los pequeños comercios y las grandes
superficies.
Mi opinión
se decanta hacía los pequeños comercios con su habitual trato familiar y
acogedor de sus vendedores. En comparación con las frías superficies donde únicamente
puedes intercambiar algunas palabras con la cajera a la hora de pagar, en una
pequeña tienda siempre sabrán como aconsejarte sobre asuntos caseros o
culinarios sea cual sea el producto que escojas. A menudo en estos tipos de
establecimientos la experiencia suele llevarse de generación en generación adquiriendo
así una gran profesionalidad en ventas ya desde muy pequeños.
En relación con la calidad de los productos, la
inteligencia de los hipermercados en tácticas de ofertas es increíble, pero, ¿Cómo
pueden llegar a tener beneficios rebajando tanto los precios? Muy sencillo. Claro
está, que la disminución de los precios puede darse cuando existe un recorte
económico en algún punto del proceso de un producto que garantice que la disminución
del importe de este dé beneficios, es decir, para poder tener un artículo de
bajo coste, el total de la fabricación del mismo tiene que ser muy baja. Las
consecuencias de esto pueden llegar a ser seriamente graves. Por ejemplo, la
calidad del producto y los salarios de los trabajadores son realmente bajos.
Comparando el género alimentario de un gran supermercado con el de una pequeña
tienda de barrio, podemos llegar a la conclusión que el sabor y la textura de
los alimentos del pequeño comercio es mucho más buena que el de la insípida comida
de su competencia ya que, seguramente, los alimentos de las tiendecitas son
nacionales y no tienen que estar mucho tiempo sometidos a un viaje y esto
supone que su maduración puede ser en su hábitat y no en un medio de
transporte.
Incluso,
una gran ventaja de ir a comprar en específicas tiendas es la variedad de
peculiares artículos que podemos encontrar.
Finalmente,
me veo con el placer de poder afirmar, con todos los argumentos ya expuestos
anteriormente, que el pequeño comercio es la mejor opción hoy en día para encontrar
un amistoso trato entre cliente y vendedor, y disfrutar de las delicias y
cualidades que nos ofrecen.
LAIA PERUCHET
1 comentario:
Buen trabajo, Laia.
Quizá en algún momento empleas expresiones demasiado rebuscadas y que no te quedan naturales "me veo con el placer de poder afirmar,"chocando con otras que no son muy adecuadas como "tácticas de ofertas" (¿quieres decir "técnicas de mercado"?)
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