Si creemos que una causa es justa, debemos luchar por ella, luchar para
hacer justicia, luchar por nuestros ideales, luchar por lo que queremos y no
rendirnos a la primera, pero ¿es bueno hacerlo de cualquier modo? ¿Es bueno
hacerlo a toda costa? ¿Es bueno sobrepasar los límites de la moralidad? ¿No
estamos así perdiendo la razón?
En mi opinión, el fin no justifica los medios. En el caso que alguien
quiera conseguir algo, sea lo que sea, se debe hacer honradamente. A todos nos debería
satisfacer más conseguir las cosas legalmente que haciéndolo por otro medio,
pongamos por ejemplo sacar una buena nota en un examen; siempre te sentirás más
orgulloso obteniendo un ocho gracias a tu propio esfuerzo, que con un diez
haciendo trampas varias o con el esfuerzo de otro.
La ley del “ojo por ojo” queda ya
algo anticuada, y sinceramente no servía para nada. Comprendo que la gente
quiera que los malhechores paguen con la misma moneda, pero si matamos a un
asesino ¿no estamos cometiendo el mismo delito que este y por el cual también tendríamos
que pagar por él? Si jugamos a este juego, acabaremos destruyendo la humanidad.
Siempre es mejor dejar que el tiempo ponga a cada uno en su lugar, hacer las
cosas bien a la larga nos beneficiará y quien decida hacer lo contrario; hacer
las cosas de cualquier manera, buscando la vía más fácil y perjudicando a los demás,
terminará perjudicándose a sí mismo, él
que escupe para arriba al final le acaba cayendo.
La historia nos ha enseñado, entre otras cosas, que las cosas grandes se
consiguen pacíficamente o bien, con violencia, pero cuando elegimos la segunda
opción siempre acaba mal, porque en una guerra todos perdemos. Por el contrario
se pueden conseguir grandes cambios, el ejemplo más claro es Gandhi, que
mediante pequeños gestos pacíficos consiguió la independencia de la India.
En conclusión hagamos lo que nos gustaría que nos hicieran los demás a
nosotros y nunca lo que no. Si alguien comete un error, debemos perdonarlo,
porque todos somos humanos y algún día tú también cometerás un error, entonces querrás
una segunda oportunidad. Lucha por lo que quieres, no te rindas, pero hazlo de
la manera que al final, sea cual sea el resultado, no importa si lo consigues o
no, puedas estar en paz contigo mismo.
1 comentario:
Bien, Maria, un discurso muy persuasivo y dirigido empleando argumentos emotivos. El ejemplo del escupitajo es un poco coloquial pero en cambio cierras muy bien tu trabajo con una sentencia bien impactante.
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