El tema
del mal uso de la “senyera” en estos últimos meses, ha sido un tema del que
mucha gente ha hablado.
Creo que
es un tema muy debatible, dado que pienso que es muy personal, que va muy
ligado a cada persona, a sus creencias y su manera de pensar. En definitiva,
creo que se puede resumir a que tiene mucho que ver con la personalidad que
tiene cada uno.
Hay gente
más tolerante que otra, más liberal o menos. ¿Significa eso que alguien sea
mejor que otra persona? Bajo mi punto de vista la respuesta es un claro y
rotundo no, pero como he dicho antes, si algo tenemos de bueno las personas, es
que nos caracterizamos por ser todos diferentes en cuanto a carácter, los unos
de los otros, y esa es la cosa más maravillosa de la humanidad, un mundo en que
todos tenemos nuestra propia opinión.
Todo sería
genial, si eso se quedara ahí, en el respeto. El problema está en que la
sociedad en que vivimos es muy poco tolerante, incoherente e irracional, claro
está que esta es mi postura y mi opinión, no tiene porqué ser la de todos. Vivimos
en un mundo lleno de estereotipos, nuestras formas de ser pueden variar, pero difícilmente
nuestra fachada cambia a la del resto del mundo, acabamos todos siendo clones
los unos de los otros.
Una vez
expuesta esta pequeña introducción, me adentro en el tema, lo que he querido
decir y a lo que me refería diciendo todo esto, es que debemos respetar a cada
persona junto a sus ideales. Hay gente que considera una ofensa al país llevar
la “senyera” atada al cuello como un superhéroe, tenerla colgada en el balcón o
pasearla por una manifestación. Muchas veces me parece que se debe saber dónde
está el límite y cuando se cruza la delgada línea de la coherencia y se pasa a
exagerar.
Para algunos
una bandera significa un sueño, un objetivo, un sentimiento, un país, orgullo,
felicidad. Para mi las banderas son divisiones, son guerras, son dinero, son
tráfico y son corrupción.
En conclusión,
me parece que he dejado mi postura al respecto muy clara. Las cosas tienen la
importancia que uno les quiera dar. Debemos aprender a respetar y tolerar a los
que no piensan como nosotros, dejar
diferencias a un lado y pensar que todos habitamos en el mismo mundo y no somos
ni menos ni más que nadie. El día que todos comprendamos que las divisiones y
los países no tienen sentido y que todos debemos caminar juntos para hacer de
éste mundo un lugar mejor, seremos todos más felices.
ELSA MORALES
1 comentario:
Como tú dices, lo dejas bien claro pero, esta vez tienes algún error ortográfico. Cuidado, no dejes de repasar antes de entregar.
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