La palabra eutanasia, no tiene
más significado que buena muerte, buen morir, sin más. Sin embargo, a lo largo
de los siglos está palabra ha ido adquiriendo otro significado. Ahora, cuando alguien
habla de eutanasia se refiere a procurar que una persona tenga una muerte sin
dolor. Cuando a una persona se le quiere practicar la eutanasia, es solo para
dar muerte al recién nacido que tiene alguna enfermedad deficiente, la eliminación
del anciano que ya no tiene una vida digna, para que personas no tengan que someterse
a tratamientos dolorosos o con una larga lista de efectos secundarias, para
ayudar a cumplir su propósito a suicida… La eutanasia sería como un suicidio
por compasión. Se causa la muerte a otro para evitar el sufrimiento o para cumplir
su deseo de morir.
Según unos estudios realizado por
Miguel Angeles Cluervo, asegura que “gran parte de los profesionales reconocen una
deficiente preparación para afrontar los deseos anticipados de muerte de los
enfermos en situación terminal”. Y es que por un lado, para los médicos es
difícil tomar la decisión de quitar la
vida a un enfermo. Los médicos están para eliminar el dolor de los pacientes,
no para eliminarlos a ellos. La vida es
muy valiosa para que un desconocido decida si tienes que seguir viviendo o no,
en todo caso, tienen que ser él mismo, o
familiares o personas cercanas. Otro problema que nos podemos encontrar con la
legalización de la eutanasia es que se podría denominar contagiosa. Cuando una
persona deprimida tiene tendencia suicida, puede que otras personas con la
misma enfermedad quieran tomar el mismo
camino. Puede que la legalización de la eutanasia acabe con la eliminación de
personas pobres, deprimidas y débiles psicológicamente.
Sin embargo, las personas que defienden la eutanasia argumentan que en algunas circunstancias
vivir es peor que morir, ya que el dolor y el sufrimiento causado por una
enfermedad terminal pueden hacer de su vida un infierno. Los enfermos, los
hombres en general, tienen que tener una cierta autonomía; todo hombre tiene
derecho a decidir como quiere vivir su vida. Cuando observas a una persona en
estado terminal, en tu conciencia aparece una cierta compasión, tienes y esperas
que se recupere, pero, ¿y si el enfermo en cuestión no quiere seguir sufriendo?
No le abandonas, simplemente cumples sus deseos. De hecho, en países como
Holanda la eutanasia ha sido descriminalizada desde hace tiempo; se han
presentado leyes para su descriminalización en Australia y en los Estados
Unidos y es motivo de debate en varios parlamentos a nivel mundial. Holanda, su legalización está funcionando muy
bien, y no ha hecho subir las tasas de mortalidad.
La muerte se busca para finalizar una vida que ha llegado a
ser intolerable por el sufrimiento a causa de que el paciente no quiere
continuar viviendo o porque la vida ha adquirido tal condición mínima que no
merece ser considerada digna. Considero, que si es el deseo de alguien, y se le
han hecho todas las recomendaciones posibles y su sufrimiento es tan insoportable tiene
derecho a una muerte sin dolor. Todo el mundo tiene derecho a una vida digna,
pero también ha decidir cuando quiere dejar de vivirla.
1 comentario:
Buen trabajo, Xenia.
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