A todo el mundo
le gusta estar saludable y gozar de la vida al 100% sin sufrir enfermedades. La
salud es algo tan indispensable que nadie quiere prescindir de ella, es aquí
donde empieza el gran negocio, un negocio ridículo en el que se pone código de
barras a la vida de una persona.
Sin duda alguna,
la medicina ha mejorado nuestra esperanza de vida y que la ciencia está
realizando un gran avance en este aspecto. Aun así, no todo el mundo se
beneficia de este avance y en muchos casos se da más importancia al dinero que
a la vida.
Las grandes
farmacéuticas ponen al mercado medicamentos que nosotros consumimos con la
intención de sentirnos mejor pero: “¿Sabemos si es el mejor método para aliviar
nuestra pena?”. Muchos medicamentos que consumimos nos aplican el efecto
“placebo”, nos creemos que nos sentimos mejor pero el efecto persiste sin
nosotros darnos cuenta. Muchos de estos medicamentos nos “arreglan” de un lado
y nos estropean de otro.
Mucho antes de
que las multinacionales existieran, los humanos practicábamos la medicina alternativa,
natural y libre. Hoy en día la medicina alternativa es cuestionada y en muchos
casos perseguida por los científicos que se supone que están al servicio de la
verdad. En resumen, se ha convertido en una caza de brujas.
Anteriormente
mencioné la disponibilidad de las medicinas convencionales y la dificultad que
tienen las clases menos favorecidas para acceder a ellas. La medicina
alternativa es aún más difícil de acceder a ella: los precios son realmente
altos, parte de los productos que utilizan son ilegales y catalogados como
drogas y es difícil encontrar una clínica.
Detrás de este
boicot a la medicina alternativa no me extrañaría que las grandes farmacéuticas
de la medicina convencional estuvieran implicadas. Si es así, es realmente
triste que una simple pieza metálica redonda o un simple papel impreso, puedan
sobreponerse a la vida de una persona.
A los grandes
empresarios de las farmacéuticas, desde mi posición de ignorante, yo les
receptaría unas dosis de moralidad y eliminaría de su dieta la avaricia. Quién
sabe… Algún día quizás no puedan curarse
de alguna enfermedad que ellos mismos crearon para ganar más dinero.
1 comentario:
Bien, pero falta cohesión entre párrafos. En vez de "saludable" es "sano" y hay varias faltas por interferencia del catalán.
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