El comercio justo, por definición, es una forma
alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales,
por la ONU y por movimientos sociales y políticos que promueven una relación
comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores.
Comprar artículos procedentes del comercio justo significa
que el producto va directamente del fabricante al lugar de compra-venta sin
intermediarios por tanto, el fabricante de dicho producto recibe el dinero
justo que se merece.
Sin embargo, la sociedad casi no sabe nada sobre
este tipo de comercio. Nosotros estamos mucho más acostumbrados a ese tipo de
comercio convencional el cual tiene género lo suficientemente barato para que
lo compremos sin que tenga una repercusión grave en nuestras carteras. Pero con
los tiempos que ahora corren es natural que la gente no se interese por el
comercio justo y hagan oídos sordos a todo lo que podría beneficiar el comprar
comercio justo.
Pero el comercio justo no es solo eso. Él defiende
muchas causas que los habitantes del segundo y el tercer mundo no queremos oír.
Como por ejemplo el rechazo a la explotación infantil, la igualdad entre sexos
y que los fabricantes puedan trabajar respetando los derechos humanos y vivir
dignamente. En muchos países
subdesarrollados, no se cumplen todas esas “normas” las cuales deberían ser
normales que se cumplieran a estas alturas. Las organizaciones que intentan que
el comercio justo se propague corroboran todos los principios que he mencionado
y aún muchos más. Con el sello del comercio justo se intenta cuidar el
medioambiente y que los productos sean de la mayor calidad posible.
No creo que el comercio justo tenga argumentos en
contra, sólo tiene inconvenientes, que no lo serian si nosotros estuviésemos familiarizados
con ellos. Es cierto que el comercio alternativo es más caro que el
convencional, pero solo porque ese es el precio real del artículo. El precio
que pagas por un producto procedente del comercio justo se convierte
automáticamente en una ayuda para todas esas familias que se matan a trabajar y
siquiera reciben lo que se merecen.
En mi opinión, el comercio justo debería estar mucho
más presente en nuestras vidas y aunque cambiar será muy difícil, si de verdad
se ven cambios, no nos pesará haber pagado más o menos por un producto con el
sello de comercio justo. De esta manera, cada uno aportaría un granito de arena
para mejorar la vida de muchas personas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario