En tan solo unos instantes vi pasar mi vida por delante, siempre
me acordare de aquel día.
Era un día lluvioso, tenía mucha prisa por llegar al
trabajo, el despertador no sonó y me levante mucho más tarde de lo normal y sin
desayunar baje a saltos las escaleras hasta el parking, ya que el ascensor no funcionaba,
parecía que el mundo estaba en mi contra.
Llegué al parking, arranqué la moto y un escalofrío recorrió
mi espalda, no hice caso ya que cada vez era más tarde. Salí a la carretera, tenía
diez kilómetros hasta la oficina, normalmente soy muy prudente, pero aquel día
no lo fuí, sin darme cuenta, aceleraba cada vez más la moto, y en mi cerebro
solo se dibujaba la imagen de mi jefe echándome una monumental bronca.
No paraba de llover, la carretera estaba encharcada, no me
di cuenta del peligro hasta que vi aparecer aquella curva que conozco
perfectamente, en ese instante me percate que iba a 180 y que no tenía tiempo a
frenar y me iba a matar, en tan solo unos instantes toda mi vida paso delante
de mis ojos como si fuera lo último que iba a ver. Con gran esfuerzo conseguí
dominar la moto y realice la curva deslizándome hasta el carril contrario donde
respire aliviado al comprobar que no venia ningún vehículo...
Cuando pude pare en el arcén, baje de la moto y me prometí a
mi mismo que nunca más volvería a cometer una imprudencia como esta.
1 comentario:
Me gusta que el final no sea el previsible pero, no me gusta que tu redacción sea tan breve.
Apenas hay errores ortográficos (algún acento) pero, sí alguna equivocación en la puntuación (Relee en voz alta antes de dar por buena la puntuación).
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