17 mayo 2007

Ahora Debia Volver A Empezar

Las tropas avanzaban sin temor alguno, reuniéndose en el campo de batalla que sería la tumba de muchos.
Cada hombre tenía la misma determinación; proteger su territorio, su familia, sus personas queridas… aunque eso implicara la destrucción de su propia vida.
¿Pero realmente esa era la forma? Ellos no lo sabían. Simplemente creían en la palabra de su emperador como si fuera la palabra de un ser divino.
Los cañones empezaron a disparar haciendo saltar a todos los soldados por los aires como frágiles muñecas. Estos blandían sus blancas espadas contra las de sus contrincantes sin pararse a pensar que podían estar iniciando una mortífera pelea contra sus mejores amigos o contra sus propios hijos o hermanos. Únicamente una gran masacre, una barbarie, un acto destructor.
Pasó el tiempo y los incansables guerreros no se rendían, pero el ejido de batalla ya estaba labrado con cientos de cadáveres como si el mismo ángel de la muerte, Rashel, hubiera sobrevolado el lugar con su grande Oz.
Pasaron dos días de incansable ofensiva y contraataque. Al final, uno de los dos ejércitos con más de la mitad de su plantilla muerta cantó la retirada, huyendo como podía del ejército “triunfador”.
Este cogió a los restantes del grupo perdedor para que fueran “prisioneros de guerra” pero sólo uno pudo escapar, aunque no se dieron cuenta.
Después de eso, las tropas se retiraron de la gran masacre.
El soldado desesperado fue hasta el puerto más cercano y se escondió en uno de los barcos mercantes, huyendo del enemigo.
Durante ese largo viaje, sobrevivió a las distintas mercancías de navío, siempre, procurando no ser visto. Tras un mes, llegaron a unas tierras lejanas y decidió salir.
Se encontró en un continente desconocido, con gente que vestían extrañas ropas a su parecer.
Se dirigió a mirar un rótulo de una de las casas las cuales, también, le parecían de una arquitectura muy diferente a la de su patria, China.
Cuando intentó leer las letras se dio cuenta que no entendía nada. Eso no estaba ni sencillamente escrito en caracteres.
Le pareció haber ido a parar a otro mundo aunque solamente había navegado.
Ahora debía volver a empezar en un nuevo país, con una nueva lengua, una nueva escritura. Tenía que sobrevivir en ese extraño lugar.
Estuvo días caminando con sus ropas raídas por esa ciudad. Experimentó el miedo de la gente cuando lo miraban, el rechazo y pasó hambre. Incluso, hubo veces que estuvo al borde de la muerte en manos de algún ladrón desalmado. Apenas podía alimentarse y lo peor de todo era que no entendía nada de ese lugar; ni lo que le decían ni lo que estaba escrito.
Al final, harto de esa desastrosa existencia, subió a uno de los edificios más altos del lugar. Había una gran vista desde la edificación.
Miró en el horizonte con una mezcla de angustia y melancolía. Cerró los ojos unos segundos pensando en la frase: Una bonita pero triste muerte. Entonces, levantó sus brazos, cerró los ojos otra vez y se precipitó al vacío.
Sin embargo, notó el contacto de una mano agarrando su brazo justo en el instante en que caía y se sumió en la oscuridad precipitándose en un profundo sueño.

Despertó en una blanda y limpia cama en una acogedora habitación de una burguesa casa. No sabía qué hacía ahí. No sabía por qué no había muerto y, de repente, recordó ese contacto, esa mano agarrando su brazo.
Justo en ese momento, la puerta se abrió.
Entró un hombre con las típicas ropas de ese lugar pero mucho más cuidadas. Llevaba unos pequeños anteojos. Era joven. Tal vez, tenía unos veinte años.
Este empezó a hablarle de una forma que lo impresionó porque le estaba hablando en su lengua. Las lágrimas se le vinieron en el rostro y rompió a llorar. No lo pudo resistir.
Después de cinco años, se encontraba en Londres. A su lado estaba la persona que le había salvado de las tinieblas y, ahora, él volvía a empezar.

1 comentario:

quim dijo...

Una redacción realmente muy buena. Está bien escrita, solo que no se entiende cuales son los escenarios, ¿China es su país natal, o es el lugar donde lo deja el barco?¿Y Londres?.
Además la expresión "una burguesa casa" suena extraña, "una casa burguesa" es más apropiado.
También debes tener algo de ortografía pero esto ya lo dirá Teresa.