09 diciembre 2009

La Fábula de la Cigarra y la Hormiga.


La Fábula de la Cigarra y la Hormiga:
Cada cultura posee su propia cultura popular, dentro de esta cultura se encuentran entre ellos los cuentos populares.
El cuento de la cigarra y la hormiga, no corresponde a la cultura española como origen. Ya que esta fábula se atribuye a Esopo, que se supone que fue un escritos griego muy conocido por sus fábulas, según hemos conocido mediante fuentes.
Los griegos antiguos solían explicar la realidad mediante mitos, leyendas y cuentos populares, a demás de fábulas.
Quizás por éste motivo encontramos una moraleja o enseñanza oculta en cada una de estas historietas, ya que eran un motivo de reflejar la realidad y los hechos observables; y a menudo constituían una vía de pedagogía para el pueblo.
Aunque el origen de esta fabula se halla en la antigua Grecia, en la actualidad sigue siendo muy popular, a mí me la contaron cuando era pequeña antes irme a dormir, a mi madre también se la contaron, y así sucesivamente.
Es realmente increíble que un antiguo cuento griego aún tenga el mismo valor y peso en la actualidad, supongo que es porque hay cosas de la realidad que constituyen nuestra forma de actuar y de pensar que nunca cambian.
La esencia de la fabula no ha cambiado, aunque si que ha sufrido algunas modificaciones en su contenido a lo largo de los dias.
En la fábula original de Esopo aparece una cigarra que luego de pasar el verano cantando, al llegar el invierno se encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. La laboriosa hormiga se compadece de la cigarra, y le regala algunos granos de arroz, no sin antes advertirle que debe ser previsora, y que "vale mas prevenir que lamentar".
De esta forma, se ve aplicada una enseñanza en la psicología de la cigarra, que después de haberse visto en apuros y de haber pedido misericordia a la hormiga, esta la salva y a la vez le aconseja; por lo que se sobreentiende que a partir de ése momento la cigarra se volverá más trabajadora e intentará que no vuelva a tener lugar un acontecimiento así.
Sin embargo, cuando Jean de la Fontaine y luego Samaniego recrearon esta fábula, quizá por razones histórico sociales le cambiaron el final, y la que había sido una generosa hormiga pasó a convertirse en un egoísta insecto, que le niega alimento a la cigarra y la expone a una muerte casi segura.
En éste caso, la moraleja se puede apreciar de una forma más radical, ya que la hormiga, que representa una persona madura y trabajadora que corresponde a sus obligaciones, es recompensada con la supervivencia al enfrentarse con el duro invierno.
En cambio, la despreocupación de la cigarra le trae consecuencias devastadoras, y su irresponsabilidad y holgazanería se paga con la vida.
Ahora es el momento dónde las mamás dicen: niña, haz los deberes y trabaja, sino te pasara lo que le pasó a la cigarra, y todo por no trabar cuando era debido.
Como podemos ver, la moraleja final de los dos modelos de la fábula es la misma, en cambio podemos ver un cambio de la primera a la segunda, que se trata la enseñanza con más dureza que en el cuento de Esopo, en que constituía un simple aviso para que “nos pongamos las pilas en ésta vida”.

04 diciembre 2009

La fabula de la cigarra y la hormiga


¿Y quién no conoce el cuento de la cigarra y la hormiga? ¿Cuál de nosotros de pequeño no se sorprendió con esta historieta? La fabula de la cigarra y la hormiga es y a sido siempre muy popular y transmitida de padres y abuelos a hijos antes de ir a dormir.
Pero aparte de hacer dormir a los niños y niñas de cuatro a nueve años, este cuento tiene una intención didáctica muy marcada que nos dice que tenemos que escoger el laborioso papel de la hormiga porque después seremos recompensados y no malbaratar la vida como hace la cigarra porque después no encontraremos las consecuencias.
Supongo que esta fabula ya debe provenir de la época antigua, con los griegos que pensaron que mediante las fabulas y cuentos era más fácil de enseñar a los pequeños los valores correctos e importantes de la vida con ejemplos fáciles de entender. Y así ha durado el cuento, quizás con alguna modificación fruto del paso de los años y que se haya transmitido oralmente, de padres a hijos. También me llama la atención que esta fabula fue bien recibida por las gentes en el sentido de que se tiene la obligación de trabajar para después “tener buen tino”. Pero sobretodo por el cristianismo y alguna otra religión monoteísta que la usó y aún la usa por ejemplificar la existencia de los 10 mandamientos o el pecado capital de la pereza. De esta manera si cumples bien en esta vida serás recompensado en este caso hiendo al cielo, y si eres como la cigarra lo pagarás a los infiernos.
Y es que detrás de la mayoría de cuentos que nos contaban y luego nosotros leíamos nos inculcan mensajes “subliminales” (o disfrazados) de valores con una finalidad moralizadora. Estos mensajes muchas veces los hemos encontrado en forma de moralejas (sé bueno y serás recompensado, di la verdad y la gente confiará en ti, si no eres generoso luego nadie te ayudará, etc.). Estas moralejas están compuestas de un comportamiento que adopta el personaje y las consecuencias de sus actos que le marcaran la existencia. Han sido los consejos y libros de texto que hemos recibido desde pequeños des de los principios del ser humano y la enseñanza, más eficaces y alcanzables (no siempre se ha podido ir a la escuela, históricamente solo iban unos privilegiados) que ir al colegio o leer mucho.
En mi opinión, este es un cuento que recuerdas frecuentemente y más ahora donde hay muchas más cigarras que hormigas, es decir, la sociedad va faltada de valores.

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

La fábula de la cigarra y la hormiga es un cuento con una clara moraleja final: No pases tu tiempo dedicado sólo al placer. Trabaja, y guarda de tu cosecha para los momentos de escasez.
Esto significa que aquél que trabaja duro va a recibir recompensas por su esfuerzo, pero en cambio, el que no hace nada tampoco va a recibir ninguna cosa a cambio.

Esta moraleja fue escrita hace mucho tiempo, con lo que su significado para entonces se veía más reducido. Se contextualizaba en el trabajo del campo. Los payeses y agricultores que cultivaban sus tierras y que cuando llegaba el tiempo de la recolecta veían en ella los frutos del trabajo realizado, y así se podían alimentar durante todo el año sin preocupación alguna.
Pero salvo la antigüedad de esta moraleja, el significado se puede continuar utilizándolo en la actualidad.
Si que es cierto que hay menos familias dedicadas a la agricultura, pues los tiempos han cambiado y han surgido nuevos empleos y más facilidades, pero la misma moraleja se puede utilizar en todos los ámbitos en que se requiera un mínimo esfuerzo por parte del trabajador. Tanto si eres médico como albañil, estudiante o abogado, tus esfuerzos recibirán una importante recompensa en cuanto te entreguen las notas del curso o llegue el momento de la jubilación. Todo el trabajo realizado, los años de estudio, el tiempo de dedicación… todo dará su fruto. El que no haya hecho nada durante su vida y el que haya optado por dedicar su tiempo sólo al placer, cuando el otro será feliz y se sentirá realizado, éste no conocerá qué es esto y probablemente sentirá que ha estado desaprovechando su valioso tiempo.

Coincido también con las opiniones de otros de mis compañeros relacionadas con el exceso de trabajo. Yo también creo que exigir-se demasiado es algo negativo, pues cuando no se llegue a lo previsto puede causar obsesiones, estrés o otros semejantes. Lo mejor es el punto intermedio, no tanto como la hormiga de la fábula pero no tan poco como una cigarra.

En conclusión considero que ésta fábula continua muy presente en la actualidad, sin haber perdido su significado y pudiéndose utilizar aún la hormiga como un ejemplo a seguir, y la cigarra como lo que no debe ser.
Lídia Puyals Boix.

03 diciembre 2009

La fábula de la cigarra y la hormiga

Según mi criterio la moraleja de esta fábula sigue siendo correcta en la actualidad, pero con ciertas modificaciones.
La moraleja se refiere a que si no trabajas primero, después te arrepentirás de no haberlo hecho.
Antes (me refiero al momento en que se creó) , se refería a que si no se cultivaba el campo en el tiempo correcto, después en invierno ( o en verano, según la fruta, verdura u hortaliza cultivada)no habría cosecha y al final no habría alimento suficiente para la familia. Esto por los agricultores, por otros empleos era lo mismo . Ahora también ocurre lo mismo, pero en vez del cultivo hay el empleo, y después no es el invierno sino la jubilación, pero el espíritu sigue siendo el mismo, si no trabajas lo suficiente, después la pensión de jubilación es inexistente o irrisoria respecto a lo que se necesita para los numerosos gastos de hoy en día (alquiler/hipoteca, alimentación, higiene,etc).
Pero por otro lado, el exceso de trabajo también es un problema, es decir, no se debe tomar la moraleja tan al pie de la letra, el trabajo debe ser moderado, no como en las primeras industrias (16 horas diarias), ya que luego aparece el estrés y otros problemas similares. El trabajo debe estar presente, pero no hasta el punto de no permitir el descanso y un tiempo libre mínimo.
Igualmente, una actitud como la de la cigarra (hacer el vago todo el día) tampoco es correcta. Igualmente en ciertos casos con un exceso de tiempo libre la gente se acaba aburriendo porque no sabe qué hacer. Ha de haber un equilibrio entre lo uno y lo otro.
En definitiva, considero que el trabajo es necesario pero sin exceso, así que la fábula aún se cumple.