31 mayo 2013

¿Es sano ser vegetariano?

Ser vegetariano es para muchos una forma de denuncia al maltrato animal y a las injusticias que se les aplica para alimentar a las personas. La respuesta a la pregunta sobre si es sano ser vegetariano o no, desde mi punto de vista, creo que ser vegetariano no complica la salud de una persona, al contrario, muchas veces la favorece.

Años atrás, para mucha gente era indispensable tener que alimentar-se con algún producto animal ya que era para muchos, la única vía hacia la supervivencia. La cuestión es que hoy en día disponemos de un gran abanico de productos alimenticios y nuestra dieta no tiene por qué estar centralizada en el consumo de carnes de animales.

Es cierto que abusamos de productos animales, los cuales se podrían sustituir perfectamente  por alimentos vegetales, aun así, el breve placer de comerte una buena hamburguesa o un filete al punto, no es el mismo que el sabor de una ensalada mediocre.

Es difícil plantearse si ser vegetariano o no es saludable cuando millones de personas sufren de malnutrición alrededor del mundo, creo que deberíamos plantearnos la suerte que tenemos en poder escoger que productos consumir y que dieta seguimos. El hecho de plantearte si quieres ser vegetariano es un privilegio que no muchos poseen y esto es mucho más grave que el sacrificio de animales para alimentar a personas.


Sé que no es fácil cambiar nuestro estilo de vida y nuestros hábitos de vida, y que tampoco es fácil dar el primer paso hacia el progreso, aun así, intentarlo no cuesta nada. No estoy diciendo que nos volvamos todos vegetarianos de golpe y renunciemos de los pocos placeres que tenemos, sino más bien intentar no abusar de los productos animales y consumir otros de vegetales.

28 mayo 2013

¿Es sano ser vegetariano?


Según fuentes, la palabra vegetariano, proviene del latín vegetus que significa “sano, fuerte, completo y vivaz”. Pero, aún su taxonomía,¿ es saludable ser vegetariano?

Para empezar  a hablar de la dieta vegetariana, se tiene que saber que hay varios tipos de “dieta vegetariana”. Hay los que siguen una dieta donde no comen nada de carne pero comen huevos y todos los lácteos además de frutas y vegetales. Otros que comen casi lo mismo pero sin incluir huevos en su dieta. Y que suelen llamarse “vegetarianos puros” ya que no comen absolutamente nada de origen animal sino alimentos que provienen de las plantas únicamente. Aún así, últimamente se han visto movimientos de vegetarianos que llevan una dieta más flexible, los cuales comen la mayoría del tiempo frutas y verduras pero de vez en cuando comen pescado o hasta se dan un capricho comiendo un filete de carne de vez en cuando.. Este tipo de dieta flexible suele ser el primer paso o la transición progresiva de carnívoro a vegetariano  ya que a veces el cambio puede ser duro para las personas.

Una dieta vegetariana bien planificada, balanceada y variada presenta beneficios reales para la salud. Hay numerosos estudios que han demostrado que la dieta vegetariana, si se diseña de manera adecuada, previene las enfermedades crónicas como la diabetes, el exceso de colesterol, la hipertensión y muchas enfermedades cardiovasculares. Algunos, se atreven a afirmar, que este tipo de dieta tiene también un papel altamente preventivo en enfermedades degenerativas como el cáncer, sobre todo el cáncer del colon, de prostata y gastrointestinal. 

Aún así, al no comer carne necesitas las vitaminas y las proteínas que estas te proporcionaban, al no ingerir este tipo de alimentos,  hay que sustituir la carne por proteínas de origen vegetal y comer todo tipo de vegetales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos para evitar cualquier tipo de desorden nutricional.

Actualmente, más allá de una dieta, ser vegetariano suele ser un estilo de vida más consiente y responsable. Muchos vegetarianos son defensores de la vida animal y la conservación del medio ambiente, y otros que lo hacen para conservar más su salud.

Sin embargo, no es necesario tener una dieta vegetariana para poder mantener un ritmo de vida adecuado y sano. La sociedad, des de la antigüedad, ha sobrevivido comiendo carne y otros alimentos derivados de animales. El problema es cuando las personas consumen demasiado un tipo de comida que a veces con exceso pueden ser perjudiciales para la salud.
En mi opinión, ser vegetariano es sano para la salud y no supone ningún desequilibro, siempre y cuando se regule bien la dieta y se aporte al cuerpo los nutrientes esenciales para el cuerpo.

20 mayo 2013

TRABAJO VOCACIONAL


El trabajo vocacional es, sin duda, el que todos deberíamos llegar a alcanzar.

El mundo laboral requiere dedicación y tiempo para una realización satisfactoria. Es importante entonces, estar a gusto con lo que haces igual que con quién lo haces. No hay otro modo de alcanzar la felicidad que no sea hacer lo que te gusta. Para ello, es necesario haber sabido escoger a lo largo de las etapas previas de formación.

Es lo mismo que con nosotros, los estudiantes. Está claro que nos apetece estudiar más unas materias que otras; pero, a diferencia de la gente que trabaja, no podemos elegir porqué es obligatorio estudiar un poco de todo. A medida que crecemos cada vez nos vamos especializando más por una rama, hasta que después de estudiar una carrera o un máster, nos unimos al mundo laboral.

La vocación depende de cada uno. Es importante saber qué nos gusta y con qué nos aburrimos. Pero realmente, la mayoría de nosotros, cuando somos niños ya pensamos en un trabajo, en qué queremos ser de mayores. Muchas veces es simplemente porque nuestros padres lo hacen, porque lo vemos en la televisión, o porque simplemente suena bien, pero por ejemplo, una persona que desde pequeña ha tenido una fuerte pasión por los aviones, es posible que le guste trabajar en algo relacionado con el campo de la aeronáutica. Esa persona probablemente va a disfrutar trabajando las ocho horas diarias.

No obstante, es importante advertir de las limitaciones que hoy en día nos alejan del trabajo vocacional. En estas datas, la gente lucha por tener trabajo, y aceptan “cualquier cosa” que proporcione un sueldo. Si uno puede trabajar de lo que quiere tiene surte. Mucha suerte. Pero yo siempre pienso que a pesar de qué pueda trabajar posteriormente, tengo que estudiar lo que realmente me interesa y disfrutar con el máximo interés de las asignaturas.

En conclusión, dedicarse a lo que gusta es sin duda una prioridad; no obstante habituarse a las circunstancias es esencial. Una opción para los que trabajan de algo que no les capta del todo la ilusión es, al mismo tiempo que trabajan, estar al tanto de nuevas ofertas que puedan salir en lo que sería su ámbito específico y vocacional.

¡Hay que luchar para lo que quieres por costoso que sea el camino!

19 mayo 2013

trabajo vocacional

El sueño de cualquier niño es de mayor hacer lo que te gusta, pero ha medida que nos vamos haciendo mayores entendemos que podemos escoger un montón de cosas y entonces es cuando entran las dudas y pensamos que seguro nos vamos a equivocar. Entonces es cuando en clase nos suelen hacer distintas charlas sobre tu futuro pero, puedo decir sinceramente que en mi opinión poco me han ayudado. Nos daban distintos test que cada cual decía una cosa distinta y cada vez saber el que nos gustaría hacer es más complicado. 

El porque de esta introducción se debe a que dentro de un año me tocará tomar una decisión bastante importante en mi vida pero no se que escoger, tengo muchísimas dudas porque aunque mucha gente diga que siempre puedes cambiar el tiempo que pierdas no lo podrás recuperar y para mi es muy importante eligir  una profesión que me proporcione un cierto placer. Tenemos que pensar que deberemos perder mucho tiempo y esfuerzo por conseguir el titulo y nuestra profesión debe recompensarnos. 

En conclusión creo que como mucha gente me voy a equivocar un monte de veces pero pienso que los errores nos hacen rectificar y iremos cambiando hasta encontrar nuestra verdadera vocación, la cual nos compensará todos los errores cometidos y todo el tiempo perdido. 



Trabajo vocacional

De pequeños todos nos imaginamos nuestro futuro, un día a día dedicado a aquello que nos apasiona y nos agrada. Imaginamos una familia, un hogar y hasta un animal de compañía; también soñamos con nuestro trabajo. Durante la infancia todo nos está permitido y, ciertamente, es en esa época de nuestra vida donde creamos nuestros verdaderos sueños. 

Sin embargo, e inevitablemente para todo ser viviente, crecemos y nuestra mente empapada de sueños e ilusiones deja paso a miles de preocupaciones y dificultades: a la cruda realidad. 

Debido a esto, muchos de nosotros tendemos a dejar en un rinconcito de nuestra memoria y nuestro corazón aquello que un día nos motivó a seguir adelante, aquello por lo que nos gustaría haber luchado. Muchos olvidan que la vida la viven ellos mismos para cumplir la voluntad de sus padres; otros se decantan hacia lo que, a la larga, ayudará a sus bolsillos; a algunos incluso la vagancia les gana la partida; la mayoría optan por lamentarse con un "¿Y si...?" el resto de sus vidas. 

Pero... ¿Qué ocurre? Que la vida son dos días y uno de ellos llueve. No nos podemos permitir el lujo de vivirla en vano. 

Como aquel que salta a la fama y no debe olvidar quién es ni de dónde viene, todos debemos tener presente aquello por lo que nos levantaríamos cada mañana con una sonrisa, porque eso, al fin de cuentas, es lo que nos hará seguir viviendo la vida con ganas y energía. 

Alrededor de la edad de los dieciséis ya se nos comienza a pedir que encaminemos nuestros estudios hacia un ámbito u otro, incluso ya se nos permite introducirnos en el mundo laboral. A esa edad, pues, ya estamos, de alguna manera, labrando nuestro futuro. 

En muchas ocasiones, los jóvenes se decantan por aquello que se les da mejor y con lo que obtienen mejores resultados; buen método a seguir si lo que buscamos es el éxito con el mayor beneficio. No obstante, alguien una vez me dijo que no debía decantarme por aquello que realizaba con más éxito, sino por lo que más despertaba mi interés y curiosidad; de esta manera, conseguiría mantener mi mente siempre despierta y jamás caería en la rutina. 

Hoy en día, y aún sin haber encaminado del todo mi futuro, me atrevo a decir que no me arrepiento para nada de haber seguido ese sabio consejo; es más, podría decir que hubiera cometido un gravísimo error de lo contrario. 

En definitiva, solamente decir que vida sólo hay una y debemos esforzarnos por vivirla tal y como la soñamos tiempo ha. 


Marta Gallego

18 mayo 2013

TRABAJO VOCACIONAL


Esta claro que el este mundo hay infinidad de trabajos y para cada uno se necesitan unos requisitos concretos. Como cada uno nace con una genética distinta, cada uno va a tener unas características muy definidas, que son las que van a definir la psicología de cada persona y como consecuencia las ganas de hacer una cosa u otra.
Creo que la idea de que todas las personas, o la gran mayoría practiquemos nuestro trabajo vocacional es muy buena, de hecho creo que debería ser así, porque, si como hemos dicho cada trabajo necesita una características físicas i psicológicas  i estas características no se encuentran en todas las personas, podremos decir que no todo el mundo puede hacer cualquier trabajo.
Entonces para poder escoger un trabajo se deberían tener en cuenta todas estas características como de hecho ya hacen algunos países con el deporte. Otras veces lo que pasa es que ya desde muy pequeños se hace decidir a la persona lo que quiere hacer y esta recibe poca información de cómo debe encara su vida y poder cambiar de orientación es muy complicado.
Otro problema existente es la falta de lugares de trabajo donde hay mucha gente preparada para hacerlo, y con esto quiero poner de manifiesto, que en la tierra somos mucha gente, y con la gran industrialización que estamos provocando, una persona puede hacer el trabajo de dos o más y por esto existen dos soluciones, o rebajar el número de personas bajando la natalidad o encontrar formas de hace más puestos de trabajo.
En conclusión, creo que todos deberíamos poder tener nuestro trabajo vocacional porque es la mejor forma de que alguien realice bien dicho trabajo, pero siempre nos podemos encontrar problemas a causa de una mala orientación estudiantil o a causa de los pocos lugares de trabajo que podamos encontrar sea por el motivo que esa.

Trabajo vocacional


Cuando terminas el instituto y debes escoger que estudiar en una carrera, mucha gente tiene problemas por hacerlo y tienden a equivocarse. Esto sucede, normalmente por qué aún no han encontrado su vocación; unos cuántos se arriesgan con lo que más les gusta y aciertan. Sin embargo, otros no y suelen abandonar.

 Siguiendo la definición por defecto de la palabra vocación encontramos que la vocación es el deseo de emprender una carrera, profesión o cualquier otra actividad cuando todavía no se han adquirido todas las aptitudes o conocimientos necesarios. Todo el mundo tiene una vocación y a unos les es más fácil reconocerla que otros.

No obstante, ya hay trabajos que deben ser vocacionales para poder sobrellevarlos como por ejemplo medicina, derecho, ingenierías, etc. Dichos estudios requieren un compromiso, disciplina, rigor y bien se sabe que si no tienes un mínimo de vocación no soportarás la presión a que, sin querer, estarás sometido.

Pero, todos los pros tienen sus contras. Y en este caso, los tiene para la gente que aún no ha encontrado su vocación. Resulta que hay muchísimas posibilidades, diferentes carreras y estudios para todos los gustos. A primera impresión puede parecer que el que haya tantos caminos es fantástico, y en realidad lo es para quienes lo tienen claro. Pero para los demás es una autentica tortura china. El no saber qué hacer provoca una incertidumbre que puede llegar a ser muy molesta.

Una cosa está clara, para poder escoger un trabajo acorde contigo primero debes conocerte exactamente, tu personalidad, lo que te gusta y lo que no, lo que te llena, lo que te apasiona hacer y cuando lo hayas descubierto lo sabrás sin duda alguna. 

16 mayo 2013

TRABAJO VOCACIONAL



Muchas personas tienen grandes problemas para elegir una carrera adecuada ya que muchas de sus aspiraciones no coinciden con las necesidades del ambiente en que viven o no les terminan de gustar su temática. Actualmente, vivimos en una sociedad en que conseguir un buen trabajo, es uno de los principales motivos para estudiar.  El mayor reconocimiento de las capacidades que se adquieren a través de una carrera universitaria se da en el trabajo y el rendimiento se incrementará en la medida que se puedan hacer efectivos esos conocimientos. Sin embargo, la teoría no es suficiente sin la práctica, ahí es el verdadero campo de estudio. En este caso, los estudiantes al ingresar a la universidad, no tienen que apresurarse a tomar una decisión hasta que estén seguros que la carrera que van a estudiar les abrirá las puertas del campo laboral. No se trata de renunciar a la vocación, sino de elegir entre todas las vocaciones posibles donde  sea más fácil ingresar en el mundo del trabajo, donde no haya demasiada competencia y tengas una mayor posibilidad de progreso.

Uno de los principales problemas para elegir carrera es el inmenso universo de opciones laborales que existen en una gran ciudad con muchos habitantes. Por eso, es conveniente informare muy adecuadamente sobre el campo laboral de cada carrera, visitar las universidades en los días de puertas abiertas hablar con profesionales que ya estén trabajando en esas mismas áreas, observar sus aptitudes, su personalidad y si tu estás en condiciones de disfrutar de esa posición y de ese trabajo en concreto, finalmente, decidirte.

Trabajar y estudiar requiere determinación, disciplina y motivación, vivir una vida ordenada y estar muy bien organizado, a demás de tener las ganas de terminar la carrera para entrar en un mundo laboral con un trabajo vocacional. Si enfrentamos el desafío de cursas una carrera universitaria, tendremos un modo de vida en que ya tendremos unos hábitos adquiridos encarados hacía la vida laboran en un trabajo vocacional y hacía las demás obligaciones de la vida.

05 mayo 2013

Comercio justo.


El comercio justo más que calidad de producto, es una garantía moral para los compradores. Al comprar un producto con la etiqueta de comercio justo, probablemente no estés comprando la mejor calidad de producto, más bien estás siendo generoso o caritativo.

Desde mi punto de vista, el comercio justo no es la solución para la desigualdad entre grandes y pequeños distribuidores. Particularmente creo que sería mucho mejor que el gobierno diese oportunidades a todas las empresas con espacios publicitarios, subvenciones, etc. para el que ofreciera mejor calidad de producto, en lugar de subir el precio a los productos que son cuidadosos con el medio ambiente, sostenibles, etc. Comprando productos de comercio justo es como estar dando dinero a una ONG ya que pierdes muchísimo dinero comprándolos y el resultado no es siempre el mejor. Esta no es para nada la solución y no deberíamos de ser nosotros la balanza entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto.

Con la globalización, alrededor del mundo hay McDonald’s, Coca ‘Cola, etc. y todo eso  gracias a la potencia económica que tienen. Estoy seguro de que estas multinacionales tampoco ofrecen el mejor producto posible y seguramente no han ganado tanto dinero de forma 100% legal y moral. La publicidad influye muchísimo en el crecimiento de estas empresas y es aquí dónde empieza la desigualdad. Si el gobierno obligase a pagar más impuestos a grandes empresas y financiase pequeños comercios no habría la necesidad de apoyar al comercio justo.

El comercio justo es una buena iniciativa hasta un buen desarrollo de la igualdad entre distribuidores, pero es sólo un pequeño paso que apenas avanza en el camino. No creo que pagando 5 euros más en un producto cambiemos el mundo, pero al menos el sudor del trabajador consigue una recompensa equitativa y no es víctima de explotación. Al comprar estos productos también se nos garantiza que se ha conseguido de forma sostenible y respetuosa con el medioambiente.

Hacer el gesto de bondad de comprar un producto de comercio justo es simbólico e incluso hipócrita. Si de verdad queremos cambiar el mundo no basta con consumir productos con ciertas etiquetas, hay que movilizarse y acabar con las desigualdades de una vez por todas y de forma efectiva y no castigando el escaso beneficio de nuestros sueldos en productos de comercio justo.

04 mayo 2013

COMERCIO JUSTO


Desde ya hace mucho tiempo, que, especialmente en los países subdesenbolupados hay una explotación hacia las personas y la naturaleza por parte de las grandes empresas para hacer allí sus productos, y gracias a los sueldos tan bajos que pagan, pueden abaratar al máximo los precios de estos. Estamos hblando de países en que la ley solo protege a los ricos y los que están a favor de los regímenes, pero por otro lado, encontamos al pueblo llano que no esta portegido por la ley, pero tampoco sabe (a causa de su incultura) que lo que le están haciendo es explotar para que es puedan hacer ricos unos pocos.
Esa minoría en la que podemos encontrar empresarios i políticos, lo que hace es abaratir al máximo los costes de producción y de transporte para que en las tiendas puedan vender los productos al precio que los venderían si hubiesen pagado los sueldos e impuestos correspondientes. Es decir, si yo compro unos zapatos de 40€, podre pensar que lo que está ganando la empresa son 5 o 10€ y todo lo de mas son para los transportistas  y fabricantes, que podían ganar unos 5 o 10 € sin contar los materiales. Pues bien, lo que hacen realmente, es pasar a pagar mucho menos de 5€ a los fabricadores y lo mismo con los proveedores de materiales, que hacen lo mismo. Entonces el empresario pasa a ganar 20€cuando realmente siendo justos debería costar 25 o 30€ cada zapato.
Pues bien lo que intenta el comercio justo, que todos los que intervienen en el producto hasta su venda, tengan en mismo beneficio con respecto a lo que han intervenido en el producto, dejando de banda los costes de los materiales, carburantes… El problema està en que como todos cobran lo que han de cobrar, generalmente tienen un precio mas alto que los que son de explotación. Por esto si quisiesen hacer un precio mas competitivo, se deveria bajar el sueldo proporcionalmente igual a todos los que intervienen en el producto. Si por lo contrario solo se bajase el sueldo de los fabricadores, entonces dejaríamos de hablar de comercio justo.
En conclusión, creo hoy en día hay un explotación muy grande por parte de las empresas para tener más margen de beneficio y poder vende a precios más competitivos. Por este motivo deveriamos comprar productos en que puede que sean mas caros pero con los que seguro que el dienro se reparte mas bien y lo que es mejor, será de mucha mas cualidad!!!

03 mayo 2013

Comercio Justo


El comercio justo, por definición, es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por la ONU y por movimientos sociales y políticos que promueven una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores.
Comprar artículos procedentes del comercio justo significa que el producto va directamente del fabricante al lugar de compra-venta sin intermediarios por tanto, el fabricante de dicho producto recibe el dinero justo que se merece.

Sin embargo, la sociedad casi no sabe nada sobre este tipo de comercio. Nosotros estamos mucho más acostumbrados a ese tipo de comercio convencional el cual tiene género lo suficientemente barato para que lo compremos sin que tenga una repercusión grave en nuestras carteras. Pero con los tiempos que ahora corren es natural que la gente no se interese por el comercio justo y hagan oídos sordos a todo lo que podría beneficiar el comprar comercio justo.

Pero el comercio justo no es solo eso. Él defiende muchas causas que los habitantes del segundo y el tercer mundo no queremos oír. Como por ejemplo el rechazo a la explotación infantil, la igualdad entre sexos y que los fabricantes puedan trabajar respetando los derechos humanos y vivir dignamente.  En muchos países subdesarrollados, no se cumplen todas esas “normas” las cuales deberían ser normales que se cumplieran a estas alturas. Las organizaciones que intentan que el comercio justo se propague corroboran todos los principios que he mencionado y aún muchos más. Con el sello del comercio justo se intenta cuidar el medioambiente y que los productos sean de la mayor calidad posible.
No creo que el comercio justo tenga argumentos en contra, sólo tiene inconvenientes, que no lo serian si nosotros estuviésemos familiarizados con ellos. Es cierto que el comercio alternativo es más caro que el convencional, pero solo porque ese es el precio real del artículo. El precio que pagas por un producto procedente del comercio justo se convierte automáticamente en una ayuda para todas esas familias que se matan a trabajar y siquiera reciben lo que se merecen.

En mi opinión, el comercio justo debería estar mucho más presente en nuestras vidas y aunque cambiar será muy difícil, si de verdad se ven cambios, no nos pesará haber pagado más o menos por un producto con el sello de comercio justo. De esta manera, cada uno aportaría un granito de arena para mejorar la vida de muchas personas. 

Por un comercio justo



Podría decir que a nadie le gusta sufrir, que a nadie le gusta ser ignorado y que a nadie le gusta no ser reconocido; pero, sobre todo, me atrevería a decir que a nadie le gusta trabajar sin ser justamente recompensado. 

La sociedad en que vivimos mira mucho por el interés individual, y de primeras nos cuesta acatar demandas que no nos respetan ni benefician para nada. Digo de primeras porque, en los tiempos que corren, realmente cualquiera se agarra a un clavo ardiendo. El caso es que estamos en un primer mundo en el que no nos podemos quejar demasiado si nos comparamos con otros países tercermundistas, un mundo que ya ha luchado lo suyo en un pasado (aunque quede mucho aún por luchar) para poder trabajar dignamente y lograr autosuficiencia en una vida mejor. 

Lamentablemente, no todos pueden disfrutar de esta “vida mejor”.  Pero todavía más lamentable es el hecho de que nosotros somos, en parte, partícipes en esta privación de derechos. 

Miles de familias, en países africanos, sudamericanos o asiáticos, viven esclavizadas para llevarse un cacho de pan a la boca. Para ello, y razonablemente, no tienen miramientos a la hora de aprovechar la mínima oportunidad de trabajo; aunque eso suponga ir en contra de sus principios. 

No; el problema no lo tienen estos millones de familias, quienes lo dan todo por sacar adelante a sus hijos y no morir de hambre.  El problema lo tenemos precisamente nosotros, los países que contamos con empresas con un grado de inhumanidad abrumador, capaces de jugar con la vida de las personas con tal de sumar unos euros a las montañas de dinero que ya tienen. 

Siento decirlo, pero me parece patético. ¿Qué les suponen, a estas multinacionales, cinco céntimos más por persona empleada? Con cinco céntimos más al día, incluso a la semana, un niño en su país ya tiene un vaso de leche que beber; una familia ya puede saciar algo más gratamente su hambre. 

Quizá serviría de excusa el hecho de que nosotros, los europeos aunque más concretamente los españoles, hoy en día no estamos como para tirar cohetes. Muchos dirán: “Estamos pasando hambre nosotros… ¡Como para ayudar a los demás!”. Esta gente, sin embargo, erra. Nosotros, es cierto, quizá necesitamos nuestro dinero y no podemos permitirnos ayudar; pero, cuando digo “nosotros”, me refiero a cada uno de los ciudadanos, no al estado en general. Lo cierto es que esas multinacionales que se aprovechan y van en contra de los derechos humanos, no están precisamente en la ruina. Lo que sucede es que cuanto más se tiene, más se quiere. La avaricia, así como el dinero, mueve montañas; pero estas empresas tienen en su mano, pueden pero no quieren, mejorar la vida de estas familias y mucho más. 

Por otra parte, creo en nuestra sociedad. Pienso que hay buenas personas entre nosotros, honradas y generosas. Por eso me gustaría que cada uno de nosotros tomara conciencia de que, tan sólo pagando cincuenta céntimos más por un producto, estamos dando de comer a un país entero. Por suerte, aún quedan empresas altruistas que se encargan de que cada intermediario del proceso de comercialización reciba la cantidad de dinero justa por su trabajo. De esta manera, todo el que participa en el comercio de un producto puede salir beneficiado, aunque el precio final de este sea algo más costoso. 

En conclusión, tan sólo decir que me satisfaría ver cómo, en un futuro, nadie sufre por beneficio de otros. Sería bonito que todos fuésemos uno y lucháramos por lo mismo desde las mismas condiciones. 

Quizá suena algo iluso; pero, de ilusiones se vive. 


Marta Gallego