03 mayo 2013

Comercio Justo


El comercio justo, por definición, es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por la ONU y por movimientos sociales y políticos que promueven una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores.
Comprar artículos procedentes del comercio justo significa que el producto va directamente del fabricante al lugar de compra-venta sin intermediarios por tanto, el fabricante de dicho producto recibe el dinero justo que se merece.

Sin embargo, la sociedad casi no sabe nada sobre este tipo de comercio. Nosotros estamos mucho más acostumbrados a ese tipo de comercio convencional el cual tiene género lo suficientemente barato para que lo compremos sin que tenga una repercusión grave en nuestras carteras. Pero con los tiempos que ahora corren es natural que la gente no se interese por el comercio justo y hagan oídos sordos a todo lo que podría beneficiar el comprar comercio justo.

Pero el comercio justo no es solo eso. Él defiende muchas causas que los habitantes del segundo y el tercer mundo no queremos oír. Como por ejemplo el rechazo a la explotación infantil, la igualdad entre sexos y que los fabricantes puedan trabajar respetando los derechos humanos y vivir dignamente.  En muchos países subdesarrollados, no se cumplen todas esas “normas” las cuales deberían ser normales que se cumplieran a estas alturas. Las organizaciones que intentan que el comercio justo se propague corroboran todos los principios que he mencionado y aún muchos más. Con el sello del comercio justo se intenta cuidar el medioambiente y que los productos sean de la mayor calidad posible.
No creo que el comercio justo tenga argumentos en contra, sólo tiene inconvenientes, que no lo serian si nosotros estuviésemos familiarizados con ellos. Es cierto que el comercio alternativo es más caro que el convencional, pero solo porque ese es el precio real del artículo. El precio que pagas por un producto procedente del comercio justo se convierte automáticamente en una ayuda para todas esas familias que se matan a trabajar y siquiera reciben lo que se merecen.

En mi opinión, el comercio justo debería estar mucho más presente en nuestras vidas y aunque cambiar será muy difícil, si de verdad se ven cambios, no nos pesará haber pagado más o menos por un producto con el sello de comercio justo. De esta manera, cada uno aportaría un granito de arena para mejorar la vida de muchas personas. 

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