04 diciembre 2009

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

La fábula de la cigarra y la hormiga es un cuento con una clara moraleja final: No pases tu tiempo dedicado sólo al placer. Trabaja, y guarda de tu cosecha para los momentos de escasez.
Esto significa que aquél que trabaja duro va a recibir recompensas por su esfuerzo, pero en cambio, el que no hace nada tampoco va a recibir ninguna cosa a cambio.

Esta moraleja fue escrita hace mucho tiempo, con lo que su significado para entonces se veía más reducido. Se contextualizaba en el trabajo del campo. Los payeses y agricultores que cultivaban sus tierras y que cuando llegaba el tiempo de la recolecta veían en ella los frutos del trabajo realizado, y así se podían alimentar durante todo el año sin preocupación alguna.
Pero salvo la antigüedad de esta moraleja, el significado se puede continuar utilizándolo en la actualidad.
Si que es cierto que hay menos familias dedicadas a la agricultura, pues los tiempos han cambiado y han surgido nuevos empleos y más facilidades, pero la misma moraleja se puede utilizar en todos los ámbitos en que se requiera un mínimo esfuerzo por parte del trabajador. Tanto si eres médico como albañil, estudiante o abogado, tus esfuerzos recibirán una importante recompensa en cuanto te entreguen las notas del curso o llegue el momento de la jubilación. Todo el trabajo realizado, los años de estudio, el tiempo de dedicación… todo dará su fruto. El que no haya hecho nada durante su vida y el que haya optado por dedicar su tiempo sólo al placer, cuando el otro será feliz y se sentirá realizado, éste no conocerá qué es esto y probablemente sentirá que ha estado desaprovechando su valioso tiempo.

Coincido también con las opiniones de otros de mis compañeros relacionadas con el exceso de trabajo. Yo también creo que exigir-se demasiado es algo negativo, pues cuando no se llegue a lo previsto puede causar obsesiones, estrés o otros semejantes. Lo mejor es el punto intermedio, no tanto como la hormiga de la fábula pero no tan poco como una cigarra.

En conclusión considero que ésta fábula continua muy presente en la actualidad, sin haber perdido su significado y pudiéndose utilizar aún la hormiga como un ejemplo a seguir, y la cigarra como lo que no debe ser.
Lídia Puyals Boix.

1 comentario:

Teresa dijo...

Estáis todos muy concienciados y nadie se pone al lado de ¡la cigarra!
Bien redactado.