09 marzo 2011

Rubias o morenas, rubios o morenos

El color de pelo es, no se exactamente porqué irrelevante razón (muy probablemente puramente estética), un tema que causa controversia en nuestra sociedad. Los estereotipos están muy presentes en nuestras vidas por motivos culturales, y la diferencia clara entre colores de pelo claros y colores oscuros es uno más de ellos.


Desde pequeños nos regalaban muñecas con un pelo rubio y largo hasta el culo (no voy a ponerme a hablar sobre la ridícula delgadez, hasta enfermiza, de dichas muñecas, ya que este tema da mucho de que hablar y no quedaría lugar para el tema en el que intento centrarme) y nosotros, inocentes niños pequeños, preparábamos bodas (o imitábamos actos sexuales que habíamos visto en la televisión sin saber para nada qué eran) entre la rubia delgada y el estupendo muñeco musculoso y, por casualidad, también rubio. Estereotipos que nos hacían pensar (como ya he dicho, inocentes de nosotros) que aquel era (entre muchas otras características) el color de pelo más bonito… Al fin y al cabo ¿Quién no envidiaba a aquella que parecía una muñeca?

Por suerte, con el tiempo hemos crecido y hemos llegado a conclusiones distintas. Sabiendo como sé que el color de pelo es algo irrelevante (o debería serlo) estoy bien con mi pelo de color castaño oscuro casi negro y, si algún día lo cambio, será por puro aburrimiento… Pero, en el caso de que yo fuera rubia, el mundo estereotipado que envuelve a las rubias me causaría un problema. Aún así, relacionar un color de pelo con un coeficiente intelectual o con unos gustos u otros me parece una estupidez y creo que las generalizaciones son realmente absurdas.


En cuanto a los hombres, si a cualquier persona de tu alrededor, gustos a parte, le preguntas como sería el chico ideal (estereotipado, por supuesto) seguramente diría la frase siguiente que todos hemos oído alguna vez: “rubio, de ojos azules, alto, guapo, delgado y fuerte”, quizás con alguna pequeña variación de palabras (todas sinónimos). Nadie dirá que el hombre ideal es moreno, bajito, feo, peludo y gordo, aunque la mayoría de hombres sean así. Esto es en parte justificable, ya que genéticamente buscamos los mejores genes para nuestros hijos… Lo que no puedo acabar de entender (y evidentemente no me parece bien) es que un hombre rubio sea mejor físicamente que uno moreno.


Gracias a Dios estos estereotipos referentes a las rubias, las morenas, los rubios y los morenos cada día están menos presentes y cada día tienen menos importancia en nuestras vidas. La gente se tiñe de colores estrambóticos y poca gente llega a la vejez sin haberse teñido en algún momento de su vida. Podemos ir al supermercado de al lado si no nos gusta nuestro pelo y pintarlo con productos químicos sin tener demasiados problemas, incluso hay productos para aquellos que carecen de cuero cabelludo… Es decir, que, en resumen, la problemática rubio-moreno se basa en un estereotipo de la sociedad actual como tantos otros sin más importancia de la que uno le quiera dar.


1 comentario:

Teresa dijo...

¡Muy bien! Y eso que el tema era difícil.