10 noviembre 2011

LA MUERTE DE BIN LADEN

Nos encontramos delante de unos hechos sucedidos el 1 del pasado mes de mayo, en la localidad paquistaní de Abbottabad. Les fuerzas estadounidenses, bajo una acción militar comandada por el mismo presidente, Obama, aniquiló al más famoso representante del terrorismo árabe: el líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden. El gobierno estadounidense perseguía ese objetivo desde hacía ya muchos años. Osama se había estado escapando de él desde 2001. La investigación americana fue muy minuciosa y no se intervino hasta que se supo exactamente el lugar dónde se encontraba el terrorista. La operación acabó como se esperaba y aquel día, el 1 de mayo de 2011, nos despedíamos de una de las figuras de más magnitud del terrorismo mundial.
La muerte de Bin Laden, en un primer momento, se recibe con euforia, como una noticia brillante. El líder terrorista más perseguido y temido pone fin a su trayectoria, muere. Esto supone una desestabilización general en el marco terrorista y lleva a la violencia hacia un claro bache. Si muere el líder de una banda como ésta y muere concretamente asesinado, repercute de forma positiva y abre una nueva reflexión en la sociedad. Para los propios terroristas, muere un mito y termina un ciclo de “esplendor”. Algunos expertos constataron el fallecimiento de Osama cómo una puerta abierta al camino de la paz, un comienzo de la carrera de la no violencia.
No todas las caras de este suceso son buenas. Es completamente versátil en el sentido de las interpretaciones que se pueden hacer de esta célebre muerte. Lo primero que hay que remarcar es el autor del asesinato: los Estados Unidos de América. Sociólogos expertos hablaron de Bin Laden como un títere, una producción estadounidense ¿Qué quiero decir con eso? Que hay teorías que nos hacen plantear la existencia del propio Osama y nos dicen que probablemente todo fue un montaje para mantener el miedo en el mundo y para allanar el camino del gobierno mundial estadounidense. Podemos ver que la persecución y asesinato del terrorista lo llevaron a cabo los Estados Unidos sin intervención alguna, aparte de la colaboración del gobierno paquistaní al final de la operación. Como he dicho antes hay veces que esto se ha constatado como una operación fingida y escondida por parte de los Estados Unidos. Cuándo salió la noticia en los periódicos e informativos, en un primer momento, sacaron una imágenes del muerto todo ensangrentado. Al día siguiente se dijo que las imágenes no eran válidas y que se retiraban del público ¿Podría ser un fotomontaje hecho por los norteamericanos? El hecho es que no hay pruebas fiables que lo demuestren, nunca se han llegado a verificar estos tipos de informaciones. El tema ha quedado muy difuminado y abierto a miles de interpretaciones posibles. Por una parte la extraña influencia estadounidense en el tema. El cadáver del terrorista fue lanzado al mar pocas horas después de ser asesinado. Hay teorías que dicen que fue para ocultar su identidad (en caso de no ser el verdadero Osama) y otras dicen que fue simplemente por un precepto religioso, propio del islamismo. También se dijo que ningún país quería tener al terrorista enterrado dentro de sus fronteras y por eso se tiró al mar, en tierra de nadie.
En conclusión y como he dicho antes, este suceso constituye un gran avance contra el terrorismo pero al mismo tiempo sabemos que una sola persona no lleva a cabo atentados como los que se atribuyen a Al-Qaeda. Las torres gemelas sin ir más lejos. Lo que de verdad hace posible estas intervenciones es la existencia de un grupo, de un colectivo. Siempre se es a tiempo de encontrar un líder que sustituya al anterior. Por eso esta muerte no se tiene que tomar como el fin del terrorismo. Es un bache superable y no está permitido bajar la guardia. Al-Qaeda sigue vivo y quién sabe si no se está consolidando para posteriores ataques. La muerte de la que tanto hemos hablado fue un suceso puntual que nos dejó boquiabiertos en su momento pero que no se puede interpretar, desde mi punto de vista, como un adiós al terrorismo que tanto nos ha perseguido a lo largo de la historia y que nos guste o no, forma parte de ella. Las cosas no cambian tan fácilmente, este caso no es un fin de nada. Todos los procesos son cíclicos, por lo tanto el futuro del terrorismo aún está por escribir.

3 comentarios:

Clàudia Bochaca Sabarich dijo...

Tere se me ha colado el verbo aniquiló, quería decir aniquilaron, en plural.

Teresa dijo...

Vale, Claudia, ya lo tengo en cuenta. El texto está muy bien en general con alguna faltilla ("el lugar dónde se encontraba el terrorista" este "donde" NO lleva tilde porque es pronombre relativo y no interrogativo o exclamativo) y la influencia del catalán (en un par de expresiones aunque ahora sólo encuentro esta:"Siempre se es a tiempo" debería decir "Siempre se ESTÁ a tiempo")
En algún momento parece que empleas un léxico elevado sin tener claro que sea el apropiado en ese momento: La construcción "Es completamente versátil en el sentido de las interpretaciones" ¿no es rebuscada y confusa?.

Clàudia Bochaca Sabarich dijo...

Tienes razón Tere..aquí versátil no pegaba mucho..confundí un poco el sentido! jajaja! Gracias:)