El aborto consiste en interrumpir el embarazo de manera intencionada.
Es raro que en el telenoticias del mediodía no se trate este tema algún día debido a la nueva ley sobre el aborto que concede la libertad de abortar a una edad más temprana. En los últimos meses está siendo uno de los temas de más interés y que conlleva consigo más polémica dentro de la religión, la medicina y la sociedad.
El debate surge cuando se topan dos ideas opuestas. Uno de los pensamientos enfrente el aborto es su aceptación, sobretodo si se trata de una violación, una posible malformación en el feto, posibilidades de Síndrome de Down y más cuando el hecho de no hacerlo podría suponer un grave peligro para la salud de la madre. El otro es el que lleva consigo toda la moral y la ética que nos han estado enseñando desde pequeños. Uno de los mayores componentes con más poder que apoya esta ideología es la Iglesia Católica. Según ésta, considera el aborto como el asesinato del feto, una acción inmoral ya que viola los derechos a la vida que posee todo ser humano desde el momento en que es concebido y además uno de los mandamientos, y que el único que tiene el poder de quitar la vida es Dios.
Estas dos posturas se ven aún mas agudizadas cuando la madre en cuestión es una menor de edad.
Es entonces cuando se cuestiona si una persona con 16 años es suficiente madura como para tomar una decisión de este tipo, o si por el contrario, ésta debería recaer exclusivamente sobre los padres.
En mi opinión, creo que una persona con 16 años está suficientemente capacitada para tomar ésta decisión, pero antes de hacerlo debería ser informada mediante un médico especialista sobre los efectos que puede producir éste aborto sobre ella, i después de esto, decidir. Independientemente de que al principio requiera ayuda de sus padres, al fin y al cabo terminará siendo ella quien se haga cargo de la criatura. Debido ha esto creo que la persona que debería tener el ultimátum debería ser la embarazada.
Si una persona con 16 años puede trabajar, ponerse un implante mamario o incluso casarse sin consentimiento paterno, ¿Por qué no decidir si tener o no un bebé?
Lídia Puyals.
1 comentario:
Lidia:
Tu postura queda claramente expuesta en el trabajo y además te has informado suficientemente sobre el tema para dar una visión clara de las dos posturas principales.
Tu único error (de cierta importancia) está en el uso inadecuado de algunos términos; ahí van algunos: "Una de las POSTURAS FRENTE al aborto es su aceptación"," Tal ideología está sustentada por la Iglesia Católica que es una de las ENTIDADES o los PODERES más influyente"; por último, un "ultimatum" es obligar a alguien a tomar una decisión y precisamente tú quieres decir lo contrario: las jóvenes deben tener la última palabra, la libertad para decidir.
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