19 febrero 2010

EL "BULLING"

Después de unos días de vacaciones muchos niños y niñas tienen tendencia a aburrirse y a echar de menos la escuela. No por que prefieran volver a estudiar las fracciones algebraicas ni las reacciones químicas, sino por el simple hecho de que ir a la escuela es también un acto social. Los reencuentros con los amigos, las pequeñas charlas entre clase y clase, la hora del patio, las risas juntos, los chistes, las típicas e inocentes bromas en clase y el pasar-se ocho horas más rápido que si te quedaras en casa. Por todo esto muchos esperan con impaciencia el primer día de colegio. Otros, en cambio, viven atemorizados por su llegada. Y esta sensación no está presente solo la primera jornada, sino que se repite una y otra vez cada mañana, a lo largo de todo el curso académico.
Son niños y niñas que por su forma de vestir, su físico, sus problemas o sus innumerables complejos tienden a ser rechazados por la resta de compañeros. Tras numerosos esfuerzos por su parte de ser aceptados como uno más del grupo, se ven rendidos y terminan por odiar el colegio. Se pasan el día solos, no tienen amigos y tampoco nadie se preocupa por ellos. Se limitan a situarse en algún lugar donde no puedan causar molestia alguna, donde nadie pueda burlarse de ellos y contemplan el suelo. Tienen miedo de los demás, viven aterrorizados en su propia escuela.
Y lo más triste de todo esto es que posiblemente esto condicionará notablemente el comportamiento de estos niños. Se volverán cada vez menos sociables, amaran la soledad porque será la única que no se reirá de ellos y cada vez que en su vida laboral tengan que pronunciar un discurso se verán en un pozo sin fondo. Tendrán enormes dificultades para buscar un empleo y su vida social no irá más allá que su entorno familiar.
¿De veras queremos este futuro para los que nos tienen que reemplazar? ¿Éste es el modelo de conducta que queremos que vean nuestros pequeños? Si entre todos educáramos de forma correcta a nuestros hijos, mostrándoles las numerosas semejanzas que hay entre nosotros, quizás serían unos niños mucho más compasivos e inteligentes, y podríamos evitar situaciones como las que se van repitiendo cada día en nuestras escuelas. El bulling es un acto inmaduro y con consecuencias que pueden llegar a ser terribles (en los noticiarios todos hemos visto alguna vez niños quitándose la vida por su sentimiento de soledad en el mundo). Concienciemos a nuestros estudiantes y juntos lograremos una fascinante integración y unanimidad en las escuelas de todo el mundo.

Lídia Puyals Boix

1 comentario:

Teresa dijo...

¡Todo un discurso! Creo que es el texto con la función conativa más marcada que te he leido nunca.Preguntas dirigidas al lector, construcciones imperativas, verbos en primera persona del plural...¡así me gusta, que os valgáis de los recursos del lenguaje para vuestras intenciones!.La cohesión de todo el texto también es perfecta. ¡Enhorabuena!
Como errores sólo he encontrado un par de palabras o expresiones del catalán: "pasarse", "el resto de sus compañeros", "informativos" o "noticias" en vez de "noticiarios".