03 mayo 2012

En tan solo unos instantes


En tan solo unos instantes mi vida había cambiado radicalmente. Recuerdo cuando era pequeño i podía correr por el parque, jugar con la pelota e ir en bicicleta. Siempre rodeado de mis amigos. Ahora estoy solo, ninguno de ellos me vendrá a ver porqué a ninguno nunca le importé. Y mi novia, ¡ja!, mi novia. Ella fue la primera en dejarme a mi suerte. Recuerdo cuando empezamos a salir, ¡si tan solo éramos unos críos aún!, unos adolescentes que soñaban con millones de cosas.  Estaba a punto de casarme con ella, compartir el resto de mi vida, pero he podido comprobar que no era la persona que yo creía que era, i que no me amaba tanto como ella decía.
Mi vida iba sobre ruedas, todo era perfecto, pero aquel borracho sobre el volante lo cambio todo. No le hicieron falta más que unos segundos. Ahora la vida me va sobre ruedas, si las de una silla. La novia no pudo aguantar la situación i se fue con otro, amigos, debo ser demasiada carga porqué poco los veo. En el único momento que encuentra la paz es cuando duermo. Cada escalera me recuerda lo que soy.
Pero soy tozudo, no me pienso rendir. Si soy débil esa será mi fuerza, si la vida me lo pone difícil lucharé i seguiré adelante, aunque tenga que hacer-lo solo seguiré por esta senda que se me ha dictaminado. No creo que nadie deba abandonar a pesar del fracaso en algunas batallas.

1 comentario:

Teresa dijo...

Bien redactado, Miquel. ¡Lástima que las faltas de ortografía (muchas por interferencia del catalán) te bajen nota! (¿Y el corrector ortográfico?)