03 mayo 2012


En tan solo unos instantes

Si quieres te cuento un secreto, que yo aprendí hace poco, pero que ahora a mí edad, ya desgastada, es demasiado tarde.
Nacemos, aprendemos, reímos, lloramos, conocemos, vivimos, envejecemos y morimos.
La vida es rápida, para algunos sencilla, para otros complicada, o quizás larga o dura o hasta por los que la disfrutan mas, es bella.
La vida esta para disfrutarla y vividla con la gente que has conocido y que obviamente a valido la pena.
No sirve de nada buscar un desamor que te llevará a los meses de llanto, ni una cosa que se hace llamar hombre que te pegará hasta llegar a la sangre y después vendrá pidiendo perdón.
Mi primer consejo es que de hombres en el mundo hay muchos y que si uno te hace daño ya llegará uno mejor que te ará feliz.
Ahora viene mi gran descubrimiento y a la vez secreto, así que ya sabes a tu abuelo no se lo cuentes:
Cuando era joven como tu, no entendía que era ir a una gran fiesta sin un vestido nuevo, sin unos zapatos precioso y sin un bueno hombre a mi lado, de aquellos que tenían una buena situación en la sociedad. Ya sabes que mi padre con su esfuerzo y sudor había conseguido llegar a lo mas alto con su empresa y teníamos que ir a todos los festejos.
Una vez en una de estos yo ya salia con tu abuelo y la verdad es que estábamos muy bien y nuestros respectivos padres estaban muy contentos ya que con nuestro matrimonio las dos empresas se juntarían y de nuestro Ketchup y de su Mayonesa saldría la Salsa rosa, pero esto no es el tema. En un de estas fiestas mientras tu abuelo estaba hablando con todo tipo de hombres, yo me propuse descubrir un poco todos los lugares de aquella preciosa casa, y fue allí donde en la habitación del tercer piso encontré al hombre mas guapo y perfecto que e visto nunca, Juan, la verdad es que estaba robando algunas de las joyas de la mujer de la casa, y yo cuando lo vi casi me muero del susto, pero él me cerro la boca con sus manos, y a la vez me dijo que no gritara, todavía no se porque le hice caso y nos sentamos en la cama y le dije que yo no diría nada si el las dejaba allí y ¡las dejo!. Cuando se iba a ir otra vez por la ventana me dijo que era la cosa mas bella que jamas había visto y que deseaba volverme a ver, me dio un beso, de esos de película y quedamos para el día siguiente el un lugar del parque que nadie conocía.
Después de esto salí muy nerviosa, pero ya sabes que soy una mujer muy apañada y tu abuelo no noto nada raro.
Aquel día fui al parque, ¡Aquel día y todos los que quedamos!, era el hombre mas maravilloso que había conocido, me daba cariño y era ¡perfecto! Pero lo nuestro era imposible porque eramos de familias totalmente diferentes, yo de clase alta y el era uno de esos macarras. No es que al abuelo no le quisiera pero era como ya te e contado un matrimonio mas por las empresas y el prestigio de las familias que otra cosa. Y a Juan le quería, le quería con todo mi corazón.
Todo iba bien hasta que mi papa me descubrió y me prohibió verlo.
Y así fue, hubo una tarde que me despedí de él y nunca mas tuve noticias suyas. Tu abuelo no lo supo nunca. Y yo en tan solo unos instantes perdí el amor de mi vida.
Y es aquí donde viene mi segundo consejo: La vida solo dura unos pocos instantes y tienes que aprovecharla, amar a quien te ame y no dejar escapar a la persona que mas quieres y menos al amor de tu vida.

1 comentario:

Teresa dijo...

Sussanna:
Hay faltas de ortografía muy importantes y algunas oraciones mal construidas y, por lo tanto, incoherentes.
Por otro lado, no encaja en un texto serio el comentario del ketchup y la mayonesa, están totalmente fuera de lugar.