22 marzo 2007

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

La cigarra y la hormiga es una fábula muy conocida, moraleja de la cual se remite a la necesidad de trabajar para proveerse en el presente y ahorrar para los tiempos duros del mañana. En ella, se nos muestra a una cigarra PEREZOSA que se pasa la vida cantando mientras que una hormiga TRABAJADORA almacena comida en su hormiguero de cara al invierno.
Sin embargo, las intenciones de La Fontaine, autor de la versión clásica, resultan ser muy opuestas al pensamiento actual de la sociedad. Ante todo, fíjense en las siguientes fábulas (más bien, ironías);


LA CIGARRA Y LA HORMIGA (Versión Perucha)


LA CIGARRA Y LA HORMIGA (Versión Actualizada)

Si bien podemos distinguir el diferente enfoque de la vida y los talentos y defectos de cada una (la cigarra vive con alegría el presente y es idealista mientras que la hormiga se caracteriza por su seriedad, por un afín material y su mirada puesta en el futuro), advertimos que la cigarra no es tan negativa, ni la hormiga tan talentosa. No obstante, resulta algo exagerado asignar la especulación a la hormiga y convertir la cigarra en un ejemplo de las bondades de la cultura popular.
En segundo lugar, cabe destacar que, aunque las diferentes fábulas hacen referencia a la época de su autor, las moralejas guardan cierto sentido entre ellas. Fontaine asocia la vida con el sudor del trabajo mientras que, actualmente, la tendencia global se inclina, también, hacia la dosificación de este pero con una diferencia, siempre teniendo en cuenta el tiempo destinado al ocio.
En tercer lugar y haciendo reflexión sobre la versión perucha de la cigarra y la hormiga, la sociedad procura satisfacer las necesidades de todos los que la constituyen. Pero debido a la imperfección que nos caracteriza, tendemos a brindar la mano a aquellos que nos parece que verdaderamente lo pasan mal y que, por otro lado, se aprovechan de la situación.
Finalmente, quisiera reprochar a aquél que dijo: “trabajar demasiado sólo trae beneficios en las fábulas de la Fontaine” ya que bien puede ser que la cigarra salga victoriosa sin mover un dedo pero aferrada en sus vicios, no se puede descartar la posibilidad de una recaída y tras este decaimiento, es improbable una segunda oportunidad.
Tras analizar las diferencias de las versiones actuales y la versión clásica, llego a la conclusión de que Fontaine tenía razón, “Trabaja y guarda de tu cosecha para los momentos de escasez”. Pese a eso, le hubiera ido bien levantar, de vez en cuando, la nariz de los cuadernos donde escribía sus fábulas para darse cuenta de lo que, también, se estaba perdiendo.

1 comentario:

Teresa dijo...

¡Muy bien Carina!
El hallazgo de las versiones modernas ha sido todo un acierto y como muy bien dices, nos demuestran que las moralejas no son verdades objetivas sino que reflejan una filosofía de la vida o la mentalidad de la sociedad en la que nacen (quizá por eso, esta fábula nunca tuvo mucho éxito en España).
Está bien estructurada con los conectores (en primer lugar, en segundo...) bien marcados y léxico adecuado. Sólo una cosa, las comparaciones se realizan "entre" versiones.