13 enero 2011

Saldo o contrato!

¿Saldo o contrato? – te preguntan cuándo vas a la tienda a por un nuevo móvil. La decisión puede ser un gran dilema. La diferencia básica entre ambos es que en el contrato eliges una tarifa de consumo y esta te la cobran directamente a través del banco cada final de mes, en el saldo (o prepago) tú eliges también una tarifa – mucho menos generosa – y solo puedes consumir la cantidad que pagaste anteriormente. Si llamas más, deberás tener un móvil con contrato, ya que en este te saldrá más barato, no te encontrarás en situaciones de llamar y no tener saldo, incluso, puedes conseguir puntos para cambiarte de móvil y, por último, exige un cliente responsable para coordinar los gastos. No querrás llevarte una gran sorpresa a final de mes, ¿verdad? En el prepago puedes regular mejor tu propio gasto, dado que solo gastas lo que ya has pagado. Inconveniente: quedarte sin saldo en el peor momento.

Mucha gente estaría en prepago, pero el capitalismo puede con todo: ¡Vente a contrato y te regalamos este móvil, contrato de permanencia de 18 meses! Seguro que en todos estos meses ya pagas lo que te costó el móvil.

Al principio, el contrato tenía una peor imagen y la mayoría sigue creyendo en este estereotipo, ya que muchas veces te llegaban sorpresas en la factura. Hoy en día el contrato ha cambiado muchísimo, a parte de las típicas tarifas y las tarifas planas, hay contratos con límite, en el que te prohíben consumir más en cuanto llegas a un límite; y es muy curioso uno más nuevo al que le llaman prepago automático, en el que te cobran a tu cuenta bancaria una cantidad determinada - que tú eliges - cada mes o cuando tu saldo está a punto de agotarse: lleva el nombre de prepago pero solo el nombre, por lo demás es contrato.

En conclusión, la elección de saldo y contrato depende del tipo de persona, del capital que tenga y de los caprichos que le obligan a un año y medio.

1 comentario:

Teresa dijo...

Me parece que es el mejor texto que te he leído este año.Con la extensión adecuada, bien estructurado y cohesionado, buen nivel léxico, sin circunloquios innecesarios y sin faltas importantes. ¡Felicidades!