16 enero 2011

¿SALDO O CONTRATO?



Cuando se trata de elegir un teléfono móvil una de las decisiones clave que debemos tomar es si optar por un teléfono móvil de contrato, o si deseamos uno de prepago.
Ambas opciones tienen sus ventajas y sus inconvenientes, de modo que para hacer la elección dependemos de cómo vamos a utilizar el teléfono móvil y el tipo de móvil que deseamos.
Con un contrato estamos obligados a adherirnos a un plan de servicio por un plazo mínimo. Estamos obligados a pagar una cuota mensual por alquiler de línea, la ventaja de un contrato es que la red subvencionará el coste de nuestro teléfono para que podamos conseguir uno de los últimos modelos de forma gratuita o con un descuento considerable. Pero esto puede ser muy engañoso, en caso de pérdida o rotura no se van a hacer cargo. También estaremos obligados a pagar un alquiler mensual de líneas telefónicas hasta el final del contrato.
La desventaja está clara, estamos “atados” durante un período mínimo y por lo general hay sanciones si se desea rescindir el contrato antes del vencimiento del término. La forma prepago se ha convertido en muy popular sobretodo en Estados Unidos u Gran Bretaña. Pagamos por adelantado y podemos verificar el crédito restante en cualquier momento. Se puede comprar saldo con facilidad en el supermercado, quiosco o gasolineras.
Como desventajas podemos decir que los costos de llamada suelen ser más altos que las tarifas de los móviles de contrato . Realmente es la opción más interesante para los menores de dieciocho años.
Si tienes un contrato, aunque no lo uses se tiene que mantener y pagar la cuota mínima al mes.
La opción de tarjeta prepago es la mejor para tener controlado el gasto en navegación por el móvil.
Últimamente a causa del parón económico se está estimulando la adopción de la telefonía prepago. En lugar de aferrarse a los contratos, muchos clientes de servicios móviles están optando por los teléfonos prepago. Los consumidores buscan maneras de recordar los gastos y el uso de un plan de saldo permita pagar sólo por los minutos y los datos que se consumen.
En el informe anual de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, ofrece una interesante radiografía del sector. Hay un gran interés por parte de las compañías para que nos pasemos a contrato. La CMT indica que cada línea de móvil de prepago consumió una media de 129€ durante el año 2007, mientas que el gato medio de cada línea de contrato ascendió al triple: 378€ anuales.
Por lo que se refiere a las conexiones a Internet, parece ser que las tarjetas prepago son la mejor forma de poder estar conectado siempre a un precio controlado de antemano. El Internet de contrato es sólo para usuarios muy intensivos ya que con una simple tarjeta de prepago de móvil es posible conectarse y a un buen precio y sin compromiso de tiempo.
Hay operadores que tienen tarifas de Internet prepago muy baratas. Es mejor no optar por las compañías más importantes, ya que son mucho más caras.

Las tarjetas prepago de teléfonos móviles dejan de ser anónimas y la Policía podrá conocer la identidad de su titular en caso de una investigación.
La ley exige a las operadoras que abran un libro de registro que recoja la identidad de los compradores de esas tarjetas prepago. Actualmente existen más de dieciséis millones de líneas de prepago.

Personalmente, prefiero usar una tarjeta contrato, ya que las llamadas me salen a muy buen precio, y al usar un teléfono con Internet sólo puedo optar por esta opción.


Clara G. Espot

1 comentario:

Teresa dijo...

¡Buen trabajo, Clara!. Muy documentado. Sólo te comento pequeñas cosillas, de las cuales, posiblemente, la última sea la más importante.
Te corrijo la puntuación de la primera oración:"Cuando se trata de elegir un teléfono móvil, una de las decisiones clave que debemos tomar es si opta(mos) por un teléfono móvil de contrato o si deseamos uno de prepago."
Falta un pronombre "se" en la oración "En el informe anual de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, SE ofrece una interesante radiografía del sector."
Finalmente, falla la cohesión de las últimas oraciones, o sea, que las vas añadiendo, una tras otra, con puntos seguidos y sin conectores que nos muestren las relaciones lógicas entre ellas.