22 mayo 2012

La zanahoria


Era el año 2123, el mundo estaba sumido en el caos, los gobernantes mantenían en la ignorancia a la gente e incluso ellos eran ignorantes de sus hechos. La gente solo vivía para trabajar, más de lo que su propio cuerpo les permitía, y les ocupaba tanto que tampoco eran capaces de reflexionar sobre todo lo que ocurría. Yo hacía ya un tiempo que era consciente de que algo no encajaba, quizás porque nunca había trabajado demasiado, o no tanto como la gente normal. Yo pertenecía a la minoría de los privilegiados, aunque la mayoría estábamos sumidos igual en la ignorancia. Por alguna razón había gente que desaparecía de la noche al día i nadie nunca más se volvía a acordar de ellos.
Ese día yo tenía libre en el trabajo así que decidí ir a comprar unas cuchillas de afeitar. Justo en ese momento en la calle parecía haber una detención, de la cual el acusado no tenía ni idea de que le hablaban. Eso ya se había convertido en algo normal y nadie prestaba atención alguna. Yo por temor a que pudiera ser acusado de algo no me acerqué y solo miré lo ocurrido por el rabillo del ojo. Alguien que paseaba por la calle se percató de mi interés por la detención y, al ver que me había visto y se me acercaba, pensé que me tocaba el turno a mí. Más pasó por mi lado y dijo a una voz casi inaudible:
-          El secreto de todo está en la zanahoria.
Me quedé extrañado ante esas palabras. No entendí nada, pero por alguna extraña razón me intrigaba saber a qué se refería. Lo primero que pensé fue en una zanahoria de las que salía en los libros, ya que en aquella época eso ya no existía. Pasé la noche pensando a que se podría referir aquel hombre sin llegar a ninguna conclusión.
 Al día siguiente en el trabajo mis ojos se fijaron en un detalle, mi jefe llevaba un colgante en forma de esa hortaliza. Le pregunté por ella a lo que me contestó que se la habían regalado hace poco, por su esfuerzo en el trabajo. Sentí la corazonada de que esa era la zanahoria que yo andaba buscando. Pensando en cómo la conseguiría, sin poner en peligro ni mi trabajo ni a mí mismo, fui andando hasta su despacho. Allí encontré que el colgante estaba allí pero el despacho vacío. Al salir del trabajo mire que tenía de secreto esa zanahoria pero sin ningún resultado. Una vez en casa se me cayó al suelo y se partió en dos, la parte de arriba estaba hueca i había dejado caer un papelito, y la de abajo era como una pequeña llave. En el papel ponía una dirección y una hora. Quedaba tan solo media hora y estaba lejos así que me fui lo más rápido posible. Me encontré delante de un edificio que yo recordaba perfectamente vigilado. Por alguna extraña razón decidí entrar con la llave-zanahoria. Ahora ya era hombre muerto. Me encontré con unas largas escaleras hacía abajo. Allí encontré la verdadera respuesta de las personas desaparecidas. Eran parte de un grupo contra el gobierno y el sistema llamado la Resistencia. Algunos solo eran inocentes pero si levantaban alguna sospecha eran cazados igual. Al abrir la luz me encontré con unas celdas y varios miembros del grupo. Sin poder evitarlo me acababa de unir a la Resistencia y mi primera misión había sido liberarlos durante el cambio de turno de la guardia.

1 comentario:

Teresa dijo...

Te ha salido una redacción muy original y totalmente imprevisible. Además, está bien redactada y acabada.
La expresión castellana es "de la noche a la mañana".