24 mayo 2012


Zanahoria

Era el día, ese día, el día que hacia tanto tiempo que estaba deseando que llegara.
Me levante y mire el despertador, todavía habría podido dormir media hora mas, pero los nervios no podían conmigo, y si hubiera podido habría echo correr el tiempo hasta la siete de la tarde,pero de momento no tenía ese don.
Desayune poco, como e dicho estaba nerviosa, y los nervios me quitan el hambre, un par de tostadas un café con leche y para la ducha. Al ser un día especial, pensé que todo lo que llevaba me había de combinar perfectamente con el gran evento de la tarde, me puse una mallas negras con una camisa que tenia nueva, transparente que con el sujetador negro debajo quedaba impecable, y para marcar aun más glamour, me puso mis tacones preferido negros.
Entre el tiempo de peinarme, maquillarme y todo perdí el metro, así que me toco ir con taxi. Un día cualquiera me enfadaría mucho ir con taxi, pero un día como hoy, lo pagué encantada.
Al llegar al trabajo todo el mundo me decía, ¡hoy es tu día!. Y es que ya hacia más de tres semana que se lo había dicho a todos, incluso les invite para el fin de semana, para que también lo disfrutaran conmigo.
Las horas pasaban lentamente y eso me molestaba, pero al ir con mis compañeras a comer, se me paso un poco, me distrajeron.
Salí del trabajo y ya eran las seis, en solo una hora iba a ocurrir, esperaba que fuesen puntuales, era una cosa muy importante para mi.
Llegue a casa y ya solo faltaban diez minutos para la siete, no pensáis que es muy emocionante? Pues yo lo pensaba, y mi estomago rugía de nervios.
A la siete en punto sonó el timbre y efectivamente eran ellos, subieron poco a poco. Sentía el ruido, y abrí la puerta de lado a lado.
Ya lo veía, ya estaba allí, ¡lo que mas deseaba! ¡Mi nuevo sofá de color Zanahoria! Y si os preguntáis porque no digo naranja, es por que no entendéis de colores y es que el color zanahoria es diferente al naranja.
Los dos hombre, por cierto muy amable, me tomaron una foto con el, y la colgué en la red social en menos de tres segundos.
Fue un día más que especial, creo que hasta que no se rompa no lo cambiare, porque es el sofá color zanahoria mas bonito que e visto nunca.

2 comentarios:

Teresa dijo...

La idea de la redacción es original y está bien resuelta pero, te baja muchísimo la nota la mala ortografía. Consecuencia, tienes que repasar tres veces si hace falta antes de dar un trabajo por acabado, no debes permitir que las faltas hundan un buen trabajo.
Corrige el texto y vuelve a entregarlo, te subiré un puntito

Sussanna Segú dijo...

Era el día, ese día, el día que hacia tanto tiempo que estaba deseando que llegara. Me levanté y miré el despertador, todavía habría podido dormir media hora más, pero los nervios no podían conmigo, y si hubiera podido habría hecho correr el tiempo hasta la siete de la tarde, pero de momento no tenía ese don.
Desayune poco, como e dicho estaba nerviosa, y los nervios me quitan el hambre, un par de tostadas un café con leche y para la ducha. Al ser un día especial, pensé que todo lo que llevaba me había de combinar perfectamente con el gran evento de la tarde, me puse una mallas negras con una camisa que tenia nueva, transparente que con el sujetador negro debajo quedaba impecable, y para marcar aun más glamur, me puso mis tacones preferido negros.
Entre el tiempo de peinarme, maquillarme y todo perdí el metro, así que me toco ir con taxi. Un día cualquiera me enfadaría mucho ir con taxi, pero un día como hoy, lo pagué encantada.
Al llegar al trabajo todo el mundo me decía, ¡hoy es tu día!. Y es que ya hacia más de tres semana que se lo había dicho a todos, incluso les invite para el fin de semana, para que también lo disfrutaran conmigo.
Las horas pasaban lentamente y eso me molestaba, pero al ir con mis compañeras a comer, se me paso un poco, me distrajeron.
Salí del trabajo y ya eran las seis, en solo una hora iba a ocurrir, esperaba que fuesen puntuales, era una cosa muy importante para mí.
Llegue a casa y ya solo faltaban diez minutos para la siete, no pensáis que es muy emocionante? Pues yo lo pensaba, y mi estomago rugía de nervios.
A la siete en punto sonó el timbre y efectivamente eran ellos, subieron poco a poco. Sentía el ruido, y abrí la puerta de lado a lado.
Ya lo veía, ya estaba allí, ¡lo que más deseaba! ¡Mi nuevo sofá de color Zanahoria! Y si os preguntáis porque no digo naranja, es porque no entendéis de colores y es que el color zanahoria es diferente al naranja.
Los dos hombres, por cierto muy amables, me tomaron una foto con él, y la colgué en la red social en menos de tres segundos.
Fue un día más que especial, creo que hasta que no se rompa no lo cambiare, porque es el sofá color zanahoria más bonito que he visto nunca.