Catalunya y España han convivido durante muchos años
unidas como las piezas de un puzle, pero me da la sensación que nunca han
encajado a la perfección, que cada vez este encaje va separándose más,
esperando algún día alejarse del todo.
Ambas tienen diferentes filosofías de la vida. Catalunya
es una autonomía motor económico de todo un país, tierra de acogida, caracterizada
por gente trabajadora que madruga; y la mayor parte del estado se considera más
por tomarse las cosas con parsimonia, esforzarse poco y vivir del cuento. Dicho
esto no es de extrañar entonces que los españoles tengan tirria a los catalanes
pero a la vez no permitan un autogobierno de éstos. A mí esta situación me
recuerda mucho a la rivalidad Barça-Madrid y a la vez las filosofías de ambos clubs
me hacen pensar también a sus respectivos territorios.
Los catalanes tenemos una cultura y una lengua que
apreciamos y que nos transmite un sentimiento, creemos en ella y la defendemos
ante todo. Tenemos una diada, el 11 de setiembre; una leyenda, la de Guifré el
Pilós y las cuatro barras sobre el escudo amarillo, origen de una bandera, “la
senyera”; una danza, la sardana; unas tradiciones, “los Castellers”; una
arquitectura modernista de lo más reconocida en todo el mundo, con Antoni Gaudí
y Domenech y Montaner entre otros; tenemos un plato típico, el pan con tomate;
una salsa, el alioli; con una generación de deportistas envidiable constituida
por las chicas de natación sincronizada del C.N.Sabadell, el más que conocido
Futbol Club Barcelona, la selección de hoquei patines… Podría hablar de
infinidad de cosas que hacen de Catalunya una tierra llena de cultura y
sentimiento patriótico, pero muy pocas de ellas estarían en común con el resto
de España.
Más allá de la diferencia de culturas que pueda haber
entre España y Catalunya, el problema actual se sostiene sobre la economía. No
quiero repetirme, pero ya sabéis que la crisis económica ha caído como un mazo en
España. Es por eso que se pretende sacar el máximo beneficio económico de los
impuestos y de los recortes de sueldos de los trabajadores para poder saldar
deudas. Pero el problema está en que no pagan los mismos impuestos los
catalanes que la mayoría de provincias de España y que Catalunya a la hora del
reparto recibe mucho menos de lo que contribuye.
No es nada extraño entonces que este año, los catalanes
hayamos salido a la calle unidos, en multitud y en un ambiente pacífico (que es
como nos gusta hacer las cosas) a protestar y a gritarle al mundo que estamos
hartos, que hemos explotado, ¡que queremos ser un Estado! Cuando las mayorías
se quejan, será porque están insatisfechas y sería bueno escucharlas.
Creo que en un estado tendría que haber una igualdad de
condiciones entre todas las autonomías, pues no me parece bien entonces que en
Catalunya se tenga que pagar peajes y en Galicia por ejemplo cada tres años se
rehagan todas las carreteras, que son gratuitas y además poco transitadas.
Quizás mi escrito sea muy reivindicativo y con un tono un
poco de indignación, pero es lo que pienso y lo que siento, quiero ver tarde o
temprano, (espero que más temprano que tarde) un Estado Catalán, que sea capaz
de reducir la tasa de parados y hacer feliz a todos sus ciudadanos. Repetidas
veces en la historia ha pasado que después de mucho sudor y esfuerzo cuando
hemos estado cerca de conseguir nuestros propósitos de autodeterminación nos
han cortado las alas. Y siempre con esfuerzo e interés hemos vuelto a resurgir
y a levantar la cabeza pero durante un corto período. Ahora sí, ahora parece
que cada vez que las injusticias sobre nuestro territorio son más notables da
la sensación que los catalanes confían cada vez más en un gobierno propio y
estos cortos períodos cada vez van alargándose progresivamente, porque una
serie de políticos no pueden interponerse ante un pueblo entero. La unidad hace
la fuerza, tenemos que seguir luchando. Como dijo el presidente Artur Mas, “Nunca
hemos estado tan cerca de la plenitud nacional”.
Laia Fontelles
1 comentario:
En lineas generales, es un texto bien redactado. Por lo que hace al contenido, pienso que el primer párrafo tiene demasiados tópicos y en algún otro lugar eres un poco demagógica. No digo que tus afirmaciones no sean ciertas pero, tu las das como seguras (en Galicia por ejemplo cada tres años se rehagan todas las carreteras, que son gratuitas y además poco transitadas. ) sin aportar los datos que sustenten tu afirmación (y eso es lo que hacen también cuando se critica a los catalanes). Te recomiendo pues, que huyas de generalizaciones y afirmaciones sin argumentos cuando haces un texto argumentativo.
Por lo que hace al orden y la relación entre los párrafos es correcta y sólo te marco alguna equivocación al construir las oraciones y alguna palabra demasiado coloquial.
Expresiones incorrectas o poco naturales:"la mayor parte del estado se considera más por tomarse las cosas con parsimonia, esforzarse poco y vivir del cuento.","hacen pensar también a sus respectivos territorios. "
Vocabulario inadecuado: "tirria"
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