24 febrero 2013

¿Medicina alternativa o medicina convencional?

El estar sanos es algo que siempre debemos tener en cuenta, en todas las edades y circunstancias. Quién pudiese estar siempre sano como un roble... 

Por desgracia, eso es algo prácticamente imposible. Tanto hoy en día como en épocas anteriores, nuestro cuerpo ha estado expuesto a peligros constantes, inevitablemente. Todos alguna vez hemos sufrido un catarro, una gripe; muchos hoy en día sufren cánceres o enfermedades de alto riesgo. 

Por eso, a la hora de tratar todas estas enfermedades, las cuales constituyen un amplio abanico de variantes y posiblidades, debemos plantearnos de qué modo queremos hacerlo. 

En los inicios de la medicina, las enfermedades se curaban con lo que podían, sin tener en cuenta posibles efectos secundarios y perjudicios. No tenían buenos medios para desarroyar curas seguras, sanas, al cien por cién. Tansólo importaba el hecho de que aquello les curara por el momento. Poco a poco la ciencia fue evolucionando, y se fabricaron farmacéuticos y terapias eficientes, con riesgos detectados y controlados; curas como las que tenemos hoy en día, por ejemplo, tales como los antibióticos, la quimioterápia, los calmantes... 

Últimamente, sin embargo, han salido a la calle métodos de curación basados en productos totalmente naturales que forman los que llamamos la "medicina alternativa". 

Este tipo de medicina es fantástica por el hecho de que no estamos exponiendo nuestro cuerpo a sustancias artificiales e inclusio perjudiciales. Nuestras células sanan a base de sustancias "amigas", sin sufrir alteraciones anti-naturales. 

Pero hay un problema, sí; nada es tan perfecto. La medicina alternativa no puede abastecer según qué enfermedades de gravedad considerable. Ésta puede ayudarnos a curar un resfriado, a mantener nuestras defensas activas, a que nuestras células estén en condiciones óptimas; pero, no es capaz de matar a células malignas, por ejemplo. 

¿Solución? Hacer un uso complementario de las dos. 

Día a día podemos tomar sustancias naturales para prevenir enfermedades y, de esta forma, mantener nuestro cuerpo sano dentro de lo que quepa. Ahora bién, en el momento que suframos enfermedades graves que la medicina alternativa no puede solucionar, no es malo recurrir a la medicina convencional, ya que, por muchos efectos secundarios que pueda tener (que no siempre se sufren, por cierto), es capaz de ayudarnos a luchar contra todo aquello que ataque a nuestro organismo.  

A veces, uno no tiene opción, y para solucionar una cosa, tenemos que poner en riesgo otra. Ley de vida que, además, se cumple en todos los ámbitos. 

Aún así, me remito a un viejo dicho para reflejar mi consejo sobre este aspecto:

"Mejor prevenir que curar".


1 comentario:

Teresa dijo...

Buen trabajo en el que los errores más graves son de ortografía (interferencias con catalán) como en este fragmento con dos faltas:
"y perjudicios. No tenían buenos medios para desarroyar ".
Tampoco creo que "abastecer" que quiere decir "servir", "proporcionar", sea el término adecuado en "La medicina alternativa no puede abastecer según qué enfermedades "