09 octubre 2012

¿El fin justifica los medios? Quién sabe. Es posible,… en determinados momentos, ocasiones,… pero, ¿Realmente es así? Si llevamos esta cuestión a la práctica tenemos que ser conscientes de los daños colaterales que puede ocasionar. En el momento que empleamos cualquier concepto como el ojo por ojo, diente por diente,... o, sencillamente, el concepto en cuestión, tendremos que acatar la repercusión que este ofrece ya que nada es gratuito ni carece de consecuencias. Tendremos que aceptar que en un presente/ futuro incierto, el eco de este pueda ser reciproco a cualquier acción provocada por nosotros mismos. Pues, amigos, ¿A quién no le gusta verse con buenos ojos? ¿Con los ojos del respeto y la honestidad? Pues para que así sea debemos explorar este juicio, que, muchas veces, se dice a la ligera. ¿Quién determina al tirano? ¿Quién dicta la ley? Muchos grandes nombres de la historia se han reafirmado de grandes matanzas, atentados, y verdaderos infiernos achacándolo todo a creencias o necesidades hipotéticas y de este modo, como aquel que dice, limpiándose las manos. ¿Pero este es realmente la actitud que uno debe mostrar delante de hechos de esta índole parecida? Sinceramente, creo que no. Aunque el fin, en determinadas ocasiones pueda adquirir un papel importante en la resolución de un conflicto, pugna, lid,… Dudo de su adecuación. Tanto moral como real. Charles Darwin decía: Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio. Por eso mismo no queramos ser siempre los más fuertes, tener la última palabra,… inventemos el diálogo. Antes de llegar a una solución total, existen miles de formas distintas para solucionarlo. No es necesario un quid procuo, es necesario una evaluación, un debate y, al fin, una decisión, que no tiene porque justificar nada. En mi valoración final, el fin (normalmente) no justifica los medios a no ser que sea un ocasión/echo trascendental. Únicamente, nos justifica a nosotros mismos.

Bernat Torres Solana

1 comentario:

Teresa dijo...

Bien, Bernat. En algún momento cargas tanto las tintas en un estilo retórico y llamativo que vas lanzando grandes frases que dicen poco. Luego, vuelves a reconducir el texto para llegar a un final que sigue siendo muy retórico pero, también tiene sustancia.