08 febrero 2013

Legalización de la eutanasia


La palabra eutanasia, no tiene más significado que buena muerte, buen morir, sin más. Sin embargo, a lo largo de los siglos está palabra ha ido adquiriendo otro significado. Ahora, cuando alguien habla de eutanasia se refiere a procurar que una persona tenga una muerte sin dolor. Cuando a una persona se le quiere practicar la eutanasia, es solo para dar muerte al recién nacido que tiene alguna enfermedad deficiente, la eliminación del anciano que ya no tiene una vida digna, para que personas no tengan que someterse a tratamientos dolorosos o con una larga lista de efectos secundarias, para ayudar a cumplir su propósito a suicida… La eutanasia sería como un suicidio por compasión. Se causa la muerte a otro para evitar el sufrimiento o para cumplir su deseo de morir.

Según unos estudios realizado por Miguel Angeles Cluervo,  asegura que “gran parte de los profesionales reconocen una deficiente preparación para afrontar los deseos anticipados de muerte de los enfermos en situación terminal”. Y es que por un lado, para los médicos es difícil tomar la decisión de  quitar la vida a un enfermo. Los médicos están para eliminar el dolor de los pacientes, no para eliminarlos a ellos.  La vida es muy valiosa para que un desconocido decida si tienes que seguir viviendo o no, en todo caso, tienen que  ser él mismo, o familiares o personas cercanas. Otro problema que nos podemos encontrar con la legalización de la eutanasia es que se podría denominar contagiosa. Cuando una persona deprimida tiene tendencia suicida, puede que otras personas con la misma enfermedad quieran  tomar el mismo camino. Puede que la legalización de la eutanasia acabe con la eliminación de personas pobres, deprimidas y débiles psicológicamente.

Sin embargo, las personas que defienden la eutanasia argumentan que en algunas circunstancias vivir es peor que morir, ya que el dolor y el sufrimiento causado por una enfermedad terminal pueden hacer de su vida un infierno. Los enfermos, los hombres en general, tienen que tener una cierta autonomía; todo hombre tiene derecho a decidir como quiere vivir su vida. Cuando observas a una persona en estado terminal, en tu conciencia aparece una cierta compasión, tienes y esperas que se recupere, pero, ¿y si el enfermo en cuestión no quiere seguir sufriendo? No le abandonas, simplemente cumples sus deseos. De hecho, en países como Holanda la eutanasia ha sido descriminalizada desde hace tiempo; se han presentado leyes para su descriminalización en Australia y en los Estados Unidos y es motivo de debate en varios parlamentos a nivel mundial.  Holanda, su legalización está funcionando muy bien, y no ha hecho subir las tasas de mortalidad.

La muerte se busca para finalizar una vida que ha llegado a ser intolerable por el sufrimiento a causa de que el paciente no quiere continuar viviendo o porque la vida ha adquirido tal condición mínima que no merece ser considerada digna. Considero, que si es el deseo de alguien, y se le han hecho todas las recomendaciones posibles  y su sufrimiento es tan insoportable tiene derecho a una muerte sin dolor. Todo el mundo tiene derecho a una vida digna, pero también ha decidir cuando quiere dejar de vivirla.

1 comentario:

Teresa dijo...

Buen trabajo, Xenia.