22 febrero 2013

¿Medicina convencional o alternativa?


Estar sano es una de las preocupaciones que más seriamente nos tomamos. Cuando te sientes enfermo, has sufrido alguna lesión o notas síntomas que no son normales y padeces dolor, enseguida acudes a tu médico de cabecera para que te recete algún fármaco para aliviar las molestias. Actualmente la gran mayoría de la sociedad está sumida en este tipo de consecuencias. Tomamos pastillas para todo y además, y sin exagerar, abundantemente, sin control alguno de las repercusiones que pueden provocar dichos fármacos.

La medicina convencional representa un camino muy fácil y sugerente para dejar en sus manos o en sus investigaciones y avances, nuestra salud. Es sencillo y práctico: te encuentras mal, vas al médico, el médico te receta unas pastillas, de ahí a la farmacia y luego te lo tomas. La población anciana lo hace aún con más ímpetu que las generaciones jóvenes. No obstante, este camino que no parece para nada pedregoso tiene inconvenientes y si se abusa puede costarle a uno muy caro. Los estudiosos en farmacología o medicina no avisan a los pacientes de que si abusan de un medicamento y lo toman cada dos por tres, al final el cuerpo acabará asimilándolo y lo tomará como un agente externo normal porque es indiferente decirlo. Al fin y al cabo  nosotros mismos habremos acostumbrado el organismo a él y ese fármaco que antes nos “quitaba” el dolor, ya no lo hace, entonces pedimos medicamentos más fuertes y así, sucesivamente, como un círculo vicioso hasta que el cuerpo aguante.

Por otra parte, podemos escoger el camino de la medicina alternativa que consistiría en rechazar cualquier tipo de fármaco o nada procedente de una farmacia convencional. Los que practican o usan este tipo de medicina solamente creen en la curación de enfermedades practicando terapia y tomando hierbas y combinaciones de plantas totalmente naturales, sin ser sacadas de un laboratorio. La verdad es que la medicina alternativa no ha estado nunca muy bien vista, porque no es muy eficaz y la raza humana se caracteriza por ser impaciente, entre otras razones. Aunque esa no sea una razón con mucho peso, pero lo importante es que solo una pequeña parte de la sociedad confía plenamente en ella. 


Yo no voy a mentir, desde pequeña he crecido con la medicina convencional y nunca en mi vida hasta ahora me he planteado cambiarme a la medicina alternativa simplemente porque no lo había pensado. Con los problemas de salud que haya podido tener, tanto la crujía como los fármacos convencionales me han ayudado. Con esto no significa que me posicione en ningún bando ya que no conozco realmente los beneficios que obtengo en la medicina convencional y los beneficios que podría obtener de la alternativa. Pienso que debemos ser suficientemente listos y espabilados para saber sacar lo bueno de las dos medicinas y así beneficiarte al máximo.  


1 comentario:

Teresa dijo...

¡Muy original en su realización aunque no tanto en el contenido! (Ese camino pedregoso me ha llegado al alma, metafóricamente hablando)