07 noviembre 2013

EL MAL USO DE LA "SENYERA"



El tema del mal uso de la “senyera” en estos últimos meses, ha sido un tema del que mucha gente ha hablado.
Creo que es un tema muy debatible, dado que pienso que es muy personal, que va muy ligado a cada persona, a sus creencias y su manera de pensar. En definitiva, creo que se puede resumir a que tiene mucho que ver con la personalidad que tiene cada uno.
Hay gente más tolerante que otra, más liberal o menos. ¿Significa eso que alguien sea mejor que otra persona? Bajo mi punto de vista la respuesta es un claro y rotundo no, pero como he dicho antes, si algo tenemos de bueno las personas, es que nos caracterizamos por ser todos diferentes en cuanto a carácter, los unos de los otros, y esa es la cosa más maravillosa de la humanidad, un mundo en que todos tenemos nuestra propia opinión.
Todo sería genial, si eso se quedara ahí, en el respeto. El problema está en que la sociedad en que vivimos es muy poco tolerante, incoherente e irracional, claro está que esta es mi postura y mi opinión, no tiene porqué ser la de todos. Vivimos en un mundo lleno de estereotipos, nuestras formas de ser pueden variar, pero difícilmente nuestra fachada cambia a la del resto del mundo, acabamos todos siendo clones los unos de los otros.
Una vez expuesta esta pequeña introducción, me adentro en el tema, lo que he querido decir y a lo que me refería diciendo todo esto, es que debemos respetar a cada persona junto a sus ideales. Hay gente que considera una ofensa al país llevar la “senyera” atada al cuello como un superhéroe, tenerla colgada en el balcón o pasearla por una manifestación. Muchas veces me parece que se debe saber dónde está el límite y cuando se cruza la delgada línea de la coherencia y se pasa a exagerar.
Para algunos una bandera significa un sueño, un objetivo, un sentimiento, un país, orgullo, felicidad. Para mi las banderas son divisiones, son guerras, son dinero, son tráfico y son corrupción.  


En conclusión, me parece que he dejado mi postura al respecto muy clara. Las cosas tienen la importancia que uno les quiera dar. Debemos aprender a respetar y tolerar a los que no piensan como nosotros, dejar diferencias a un lado y pensar que todos habitamos en el mismo mundo y no somos ni menos ni más que nadie. El día que todos comprendamos que las divisiones y los países no tienen sentido y que todos debemos caminar juntos para hacer de éste mundo un lugar mejor, seremos todos más felices. 


ELSA MORALES

1 comentario:

Teresa dijo...

Como tú dices, lo dejas bien claro pero, esta vez tienes algún error ortográfico. Cuidado, no dejes de repasar antes de entregar.