15 noviembre 2006

Lo que duró un sueño (sonaron todas las alarmas de la ciudad)

En toda la ciudad se respiraba ambiente de fiesta. La reciente caída del dictador comunista Perkth había dado al país la esperanza de algo mejor. En aquel momento habían acabado para todos los kalftrianos las obligaciones, las leyes duras y severas de la dictadura comunista. Todos los habitantes de Bardegtk y de Kalftria en general habían sido liberados de cualquier obligación y festejaban a lo grande el triunfo del anarquismo. En la Plaza del Centro, donde antes se encontraban el palacio del dictador y su parlamento (evidentemente no democrático) una gran multitud hacía olear banderas negras mientras en la tarima donde antes se ejecutaba a las personas contrarias al régimen, los grupos de punk-rock más conocidos interpretaban los que se habían convertido en los verdaderos himnos de la lucha anarquista. Toda la ciudad era una fiesta. La gente se había ido juntando en las calles más importantes y medio kilómetro alrededor de la plaza no se podía ni pasar. Los autobuses habían dejado sus líneas, y se dedicaban únicamente a llevar la gente desde los pueblecillos cercanos hasta la gran ciudad. Los comerciantes habían dejado sus tiendas abiertas, la base del sistema anarquista era la confianza en los demás.

La ciudad era una fiesta y Grung participaba de ella. Tenía quince años y la fiesta era de las cosas que más le gustaban en aquellos tiempos. Le daba la sensación que lo que pasaba en su país era algo grande, y que en aquel momento lo más importante era celebrarlo. Parecía que el nuevo sistema iba a ser fantástico para los adolescentes, le parecía que su generación podría hacer realmente cosas grandes dentro del nuevo sistema, un sistema creado por y para el pueblo, una igualdad real.

Fuera del país no se respiraba este mismo ambiente. Cuba, Mongolia y Corea dedicaron días de duelo a la pérdida de la República de Kalftria para la causa comunista. Se estaban quedando solos. Estaban perdiendo el soporte de China, dónde el capitalismo entraba rápidamente, y ahora, la última república comunista de la antigua URSS se pasaba al anarquismo. Todos aquellos que algún día habían creído en la causa comunista sintieron otro de los diferentes golpes que eran ya regulares desde la caída de la URSS.

Mientras tanto una reunión de urgencia se celebraba en Washington. El presidente de EEUU, el Primer Ministro británico, los presidentes del Banco Mundial i del Fondo Monetario Internacional, generales de diversos ejércitos y los empresarios más ricos del mundo conspiraban contra el punto negro que había aparecido en el mapa mundial. Si había caído el rojo pero… Su plan no había salido cómo habían creído. La caída del comunismo en Kalftria no había ido cómo se había esperado. A diferencia del resto de estados del antiguo Bloque Comunista, que habían caído todos gracias a las presiones de este pequeño comité, Kalftria no había abrazado el capitalismo, sino que se había pasado a la única cosa que ese comité consideraba peor al comunismo, había nacido el primer estado anarquista de la historia. Había que hacer algo, no podían permitir en estos momentos un experimento anarquista y ,disponiendo del capital mundial cómo disponían, lo iban a hacer a lo grande. Los ejércitos se empezaron a preparar.

Pero a Grung todo eso le importaba poco. Llevaba ya una semana de fiesta en las calles de su ciudad, quizás la mejor semana de su vida. Cómo él muchos desconocían lo que pasaba en ese despacho de Nueva York. En la Plaza del Centro tocaban los Imbragk, el grupo punk más conocido del país. Al ritmo de “Expandiendo el color negro”, la canción que los había hecho famosos en la clandestinidad, los ciudadanos desbordaban su alegría. Pero de pronto sonaron todas las alarmas de la ciudad!!! Un gran alboroto siguió a este sonido. Corrió la voz que el Ejército Norteamericano estaba entrando en la ciudad. Hubo una gran matanza, pero los Imbragk no dejaron de tocar.

Al día siguiente la ciudad se despertó pesarosa. Gran cantidad de cadáveres llenaban los suelos y gente con resaca de la que ya fue conocida cómo “La Semana Mágica” cuidaba de ellos. Grung pensó que no podía haber terminado todo. Pero había sido así. George Bush i Tony Blair salieron al balcón presidencial junto con el general del Ejército Norteamericano. Grandes sonrisas se leían en sus caras. Hicieron el mismo discurso que cuando ganaban una guerra, y esparaban oír los gritos victoriosos de la gente cómo otras veces. Pero en la plaza sólo había caras largas. De hecho poca gente se había acercado a ver el discurso. Anunciaron un referéndum de constitución democrática para el país. Por primera vez, el reférendum de constitución de un país significaría para sus habitantes la perdida de la libertad. El pensamiento "fue bonito mientras duró" pasó por todas las mentes del país i las de todos los anarquistas del mundo.

2 comentarios:

Teresa dijo...

Muy buena redacción. Sólo tienes faltas de ortografía (i) y de acentuación (acentúas adverbios cuando no son interrogativos o exclamativos: como)

koen dijo...

Hola quim otra vez el sergi y el koen (xd), bueno como dice la tere pues la redaccion esta muy bien pero la "i" es demasiado para ti , jaja!!