01 octubre 2012

¿El fin justifica los medios?

Muchas veces, a la hora de tratar de conseguir lo que nos proponemos, nos ofuscamos de tal manera en llegar a ello que no nos importa qué o a quienes dejamos atrás ni en qué condiciones. 
Esto nos ha pasado a todos, nos pasa y nos seguirá pasando. Y es así; viene siéndolo desde el comienzo de nuestra existencia, pues debe ser defecto de fábrica de los humanos. 

Como digo, esta agonía, avaricia o como queramos llamarlo, lleva persiguiéndonos mucho tiempo atrás, así que no es de extrañar que se hayan dado a conocer frases tópicas al respecto, como en la que se centra el texto argumentativo de esta semana: 

¿El fin justifica los medios?

Hoy sí, me presento firme ante mi opinión. Y como respuesta directa y clara digo rotundamente que  no. El fin NO justifica los medios. 

A mí me dan igual los motivos que tenga una persona para hacer cualquier cosa, siempre y cuando las consecuencias las sufra ésta, tan sólo esta. 
Decidme, ¿Qué culpa tiene, por poner un fácil ejemplo, la pobre mosca con la que has pagado tu rabia al matarla? ¿Porqué debes robarle la idea a un amigo y que sea él el perjudicado para conseguir tú una mejor nota? ¿Hace falta realmente atracar un banco, quitarle el dinero a los demás, para poder vivir tú mejor? ¿O quemar todo un pueblo para tan sólo construir un acueducto?  ¿Es necesario matar al presidente para hacerte con algo más de poder? 

Pues no. A mi parecer, no hay nada peor que ser tan egoístas e importarnos tan poco lo que nos rodea. 

A ver, como en todo, pues somos humanos y al igual que tenemos cosas malas también tenemos buenas, puede haber ocasiones en las que creamos comprensibles "los medios" que ha usado alguien. Las personas somos sensibles y a veces ciertos casos nos tocan la fibra. Quizás cuando oímos que alguien ha atracado en un supermercado para alimentar a toda su familia pensamos: "Pobres... no tenían otro remedio". Aún así, y sintiéndolo mucho por toda aquella gente que lo pasa mal y más aún en estos tiempos que corren, debo decir que para mí eso no tiene justificación válida alguna, que robar en este caso, pero, en general, todo acto que conlleve un perjuicio para otros y un beneficio para nosotros es siempre algo negativo y malo para todos. 

Pasa lo mismo con los políticos, por ejemplo. Encuentro totalmente innecesario tener que pisar a otra gente con el único fin de conseguir poder. Es decir, si tú quieres llegar a ganar unas elecciones y ser presidente, gánate a la gente, convence a tus seguidores y a tu población a partir de tu esfuerzo y tu humanidad, de tu sinceridad y tu honradez. No es necesario, con perdón de la expresión, "echar mierda a los otros". 

Y como en estos casos, pasa en todos lados. Éstas situaciones las podemos ver traspasadas a nuestro día a día y lidiar con ellas a menudo.Yo no quiero dármelas de "hermanita de la caridad", pues no lo soy y bien he dicho antes que esto es un defecto de fábrica de todos nosotros. Soy humana y reconozco totalmente mis defectos, sé que a todos nos pierde el conseguir más y más; pero, también sé ver con objetividad mi comportamiento y tener, a menudo, opiniones contrarias a éste, pues sé que no es siempre correcto.

Dicho esto, nada más me queda decir que allá cada cual con sus actos. El tiempo pone a cada uno en su lugar. 

1 comentario:

Teresa dijo...

Muy buen trabajo con alguna concesión a lo coloquial ("A ver, como en todo....")que, sin ser incorrecta, baja el registro que debes utilizar. Lo mismo pasa cuando en un párrafo abusas de la palabra "gente" (procura emplear sinónimos o pronombres anafóricos). Sólo son pequeños detalles, pero, cuando los corrijas, será como ponerle la guinda al pastel.