17 noviembre 2012

¿Se puede llegar a la cumbre sin ser un tirano?


Me gustaría pensar que cualquier hombre o mujer puede llegar a la cumbre valiéndose de sus propios méritos y sin tener que empujar a la otra gente al abismo. Aun así, todo el mundo quiere ser el primero en plantar su bandera en lo alto de la montaña, pero muchas de las personas que lo intentan, desconocen los senderos y las paredes de la inalcanzable montaña y fracasan en su intento de alcanzar la cima. Entonces, cuando ves que nunca vas a alcanzar la cima, decidimos pactar con el demonio y alcanzar nuestra meta con reprochables méritos.

La ambición no es un carácter malo de los humanos, si no fuera por ella, seguramente no estaría redactando esta redacción en mi ordenador,  la estaría esculpiendo en la pared de mi cueva. Sin embargo, la ambición mezclada con una alta dosis de orgullo puede llegar a ser un cóctel letal. Todo el mundo quiere ser un icono, un clavo que sobresalga de la madera, eso es lo que nos hace seres egoístas y en lugar de avanzar hacia la cumbre unidos, optamos por llegar los primeros y poder plantar la bandera de prepotencia.

Desde mi punto de vista, plantear el hecho de la existencia de una cumbre ya significa querer alcanzarla. Me explico, mucha gente no comparte el mismo concepto de “cumbre” o “éxito” ya que, lo que para algunos sería su meta, para otros sea un inicio y por eso, diría que todo el mundo tiene diferentes cumbres.

A mí me gustaría llegar a la cumbre sin que se me considere un tirano, si no fuera así y la gente me viera como un tirano, no consideraría que haya alcanzado la cumbre y trabajaría para que este título se desvaneciera. No ayudar a los demás para que no te hagan sombra o para que no supongan un pequeño bache en nuestro camino sería ser un tirano.

Todo el mundo tiene que intentar alcanzar el éxito, pero si el éxito supone el fracaso de otros significa que nos hemos equivocado en nuestro camino y que hemos tomado una senda equivocada.

1 comentario:

Teresa dijo...

Buenísimo trabajo. Sales con éxito del empleo en todo el texto de la alegoría de la escalada a la cumbre y sólo te "lías" un poco en la expresión siguiente:
"no consideraría que haya alcanzado la cumbre" (no me parecería haber alcanzado la cumbre, no lo consideraría un éxito).
Felicidades.