05 noviembre 2012

Superpoblación.


Antes de ponerme a escribir, debo decir que me ha resultado difícil pensar ideas sobre las cuales argumentar en este tema. Las estadísticas, los números, las gráficas, no son mi fuerte y por lo tanto no quiero argumentar sobre una cosa la cual no entiendo mucho o no se lo suficiente para rebatir mi opinión. Aun así,  intentaré dar mi opinión sobre el tema, siempre desde mi ignorancia.

Pues bien, la densidad de población actual en muchos países es muy elevada. Países como la India o China son países muy poblados, aun así, son países con un índice de pobreza bastante alto, sobretodo la India. 

Muchas multinacionales en ver qué países como estos con tanta población pobre, se aprovechan e instauran sus industrias en ellos, aprovechándose de la pobreza y el malvivir de los habitantes de esas zonas, esclavizándolos con sueldos miserables y condiciones laborales pésimas.

Desde mi punto de vista, me parece genial que haya tantas personas en el mundo, cada persona aporta algo a la humanidad y cada ser es especial y único a su manera, pero: ¿Cómo puede existir tanta diferencia entre unos y otros? Sin duda, en este mundo hay recursos para que todos podamos tener una vida digna, aun así, hay muchas personas, las cuales no critico porque nunca he estado en su lugar y no sé qué haría yo, que miran más por su bien personal que por el bien colectivo.

Podemos ser más inteligentes que otras especies terrestres, pero no dejamos de ser animales y tenemos un instinto que es, por así decirlo, egoísta. Nunca nos detenemos, si podemos tener más vamos a por ello, sin mirar a nuestro alrededor. No sólo somos egoístas con nuestra especie, sino con el medio ambiente y otros animales.

Yo, no me distingo de otras personas, reconozco que en su lugar puede incluso que sea peor que ellos, pero desde mi actual punto de vista, creo, que los que tienen mucho, con un poco menos, salvarían o mejorarían la calidad de vida de otra gente que no es culpable de su situación.

No es ley de vida la desigualdad que se nos impone al nacer. No somos un caballo que se nos marca nuestra identificación con hierro candente cuando nacemos, somos dueños de nuestros pensamientos y somos libres de imponernos nuestros objetivos, seamos de la etnia que seamos,  seamos blancos o negros, árabes o cristianos.

1 comentario:

Teresa dijo...

Buen trabajo.