23 noviembre 2013

LA INDUSTRIA DE LAS ARMAS

Las armas junto a las drogas son el negocio que más beneficios da en el mundo.
España es uno de los países que más armas produce y vende al extranjero, pero… ¿Hay una guerra en este país? No.
¿Entonces, produces pero no matas? Es un simple negocio, acabar con la vida de millones de personas, en este país es un simple e insignificante negocio.
¿Para qué pensar que hay gente que está sufriendo? Es indignante pensar que en pleno siglo XXI aún pasen cosas como esta, la vida de una persona es todo lo que uno posee y es íntegramente suya, no hay nadie ni nada que merezca tanto la pena como para acabar con la vida de alguien, que probablemente no tiene la culpa de nada, como en la mayoría de los casos.
Es muy injusto que alguien en un país del tercer mundo un día esté cocinando o jugando con sus hijos tranquilamente en su hogar y alguien irrumpa en su casa y mate sin piedad a todo el mundo, por el simple hecho de no haber cumplido en el trabajo o en algo incluso más estúpido. O que un niño de ocho años esté en un campo recogiendo algodón para poder ir sobreviviendo y pise una mina y se quede sin pierna, si es que no muere. En el caso de que no muriera, su muerte estaría asegurada, no podría trabajar nunca más y se acabaría muriendo de hambre.
¿Qué necesidad hay de ir matando a gente inocente o no inocente por el mundo? ¿Qué se soluciona? Nadie merece morir, para algo existen las prisiones, para castigar a quien se lo merece.
La muerte de alguien no es ningún juego, parece que para nuestros políticos las guerras sí lo son. Muchas de ellas están únicamente montadas para probar las armas, la gente se mata para que el fabricante compruebe la calidad de su “maravilloso” producto.

En definitiva, las armas y todo lo que ellas conllevan son un triste engaño que es el beneficio de muchos, beneficio que injustamente muchos se llevan a cambio de la vida de millones de personas. 

ELSA MORALES

1 comentario:

Teresa dijo...

Bien redactado en conjunto, con cierta tendencia al melodrama en los ejemplos. No es necesario abusar de los ejemplos que tocan los sentimientos para atacar la industria de las armas.