Nunca anteriormente, a lo largo de la historia, nuestra sociedad había padecido una tiranía de la estética tan grande como la actual.
La preocupación por el aspecto físico y el estar en forma se está convirtiendo en una obsesión para mucha gente. Las dietas, el gimnasio, el deporte, son cada vez más frecuentes en nuestros entornos. Todo esto con la colaboración de la cosmética y la cirugía estética, cada vez más usadas tanto por mujeres como por hombres.
Vale la pena recordar, pero, que los cánones estéticos han variado mucho a lo largo de la historia. Para poner algunos ejemplos; la gordura ha sido durante mucho tiempo signo de belleza, aunque actualmente parezca imposible. Los labios finos y pequeños eran considerados bellos antiguamente mientras que hoy en día están de moda los labios gruesos y sensuales. La palidez de la piel fue durante mucho tiempo símbolo de belleza y de posición social. Hoy una piel bien bronceada denota salud y forma física.
Los cánones estéticos, más perdurables, a lo largo de la historia, son quizás las de la Grecia Clásica y el Renacimiento y seguramente es porqué están basados en la proporción y la armonía.
Mi opinión personal es que los cánones estéticos, son naturales. Cada época, cada sociedad, decide que es lo que es bello. Este se produce en el mundo del arte, pintura, música, cine, fotografía, literatura…, como en el aspecto físico. También me parece natural que las personas nos preocupemos de nuestra apariencia física, por respeto a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Ahora bien, todo esto en su justa medida. No puede ser que nuestro cuerpo o nuestra cara se conviertan en una obsesión, ni las normas estéticas en una dictadura que nos impongan toda clase de límites.
Enfermedades como la anorexia o la bulimia están provocadas por la tiranía de la delgadez que impone el mundo de la moda actual.
Habría que diferenciar, naturalmente, el interés por llevar una vida sana, tanto en la alimentación como en el ejercicio físico. Es obligación de cada uno hacer lo necesario para mantener nuestro cuerpo en las mejores condiciones posibles durante el mayor tiempo posible. Pero esto nada tiene que ver con la obsesión de pesar 4 kg menos, o comprar unos pantalones una talla menos que los anteriores.
Hay aun otro extremo, del culto al cuerpo, que no puedo entender. Es el de la cirugía estética; aumentar o reducir, pechos, labios, nariz o nalgas. Eliminar las arrugas propias de envejecimiento me parecen atrocidades propias de personas con muy poca autoestima y que no están muy equilibradas.
En definitiva; Belleza, cánones estéticos, sí, de acuerdo pero a la hora de aplicarlos sobre el común de los mortales, moderación, mucha moderación.
Miquel Portet
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