18 noviembre 2010

EL BANDO MUNICIPAL ; NORMAS DE CONVIVENCIA

Hace unos meses, el ayuntamiento de la Pobla, a través de un bando de alcaldía difundido por correo a todos los hogares del municipio, dio a conocer a los vecinos la aprobación de un reglamento con las normas básicas para contribuir a una buena convivencia ciudadana y al orden público.

Los principales temas que aborda la normativa son;

· El ruido en la vía pública, tanto el provocado por las personas, la música en locales de ocio o los vehículos de motor.

· La higiene, la limpieza y el orden en la vía pública: recogida de excrementos de animales de compañía, no escupir , no orinar o defecar en la vía pública, tirar los residuos en las papeleras..

· Regula el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos

· Los horarios de cierre de los locales de ocio nocturno.

· La sanción de actos vandálicos, contra mobiliario urbano y bienes tanto públicos como privados.

Esta es una iniciativa que parece lógica desde el punto de vista de las autoridades municipales. Su función es establecer unas normas de convivencia y en la medida de lo posible hacerlas cumplir. Para mí, el problema está precisamente en este último punto, en la capacidad que tiene un ayuntamiento, como el de la Pobla, para conseguir que una reglamentación como esta se cumpla. El municipio no tiene una policía municipal suficiente, como para llevar a cabo una vigilancia efectiva del cumplimiento de la normativa ni tampoco capacidad sancionadora.

Siempre habrá individuos, afortunadamente, una minoría, que incumplirán las normas a pesar de tener un perfecto conocimiento de las mismas y a las que solamente las medidas represivas les harán algún efecto

A pesar de todo no son estas personas el principal problema para mejorar la convivencia en nuestras calles. Sino que la sociedad actual es cada vez más individualista. Todos estamos muy dispuestos a reclamar nuestros derechos, a salir, a divertirnos a hacer lo que nos parece. Lo que ya nos resulta mucho mas complicado es darnos cuenta que los demás también tienen derechos, que pueden topar con los nuestros y que tendríamos que respetar. Tenemos unas obligaciones y responsabilidades, para con la sociedad, que por otra parte nos proporciona buena parte de nuestro bienestar. Es decir que nos es muy difícil ponernos en el lugar de los demás y esto genera toda clase de conflictos entre las personas, que cada vez son mas frecuentes y de mayor gravedad.

El bando de la alcaldía es un acto de buena intención, pero que a mi parecer tiene muy poca efectividad, al margen de que nadie puede decir que incumple las normas por desconocimiento de las mismas. Aunque, de hecho la mayoría de ellas son tan solo una aplicación del sentido común.


Miquel Portet

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