20 febrero 2014

LOS TOROS: ¿TRADICIÓN CULTURAL O CRUELDAD CONTRA LOS ANIMALES?

Últimamente, en todos los medios de comunicación, podemos observar que aparecen numerosas noticias con una figura muy conocida por nuestro pueblo español: el toro. Este hecho está sucediendo a causa de las numerosas denuncias que acatan ciertas organizaciones contra las corridas de toros. Desde muchos siglos atrás, en España, se organizan estos tipos de eventos los cuales consisten en dejar a un toro libre en una gran plaza con un hombre, llamado comúnmente torero, que se encarga de lidiar los toros con el objetivo de acabar con sus vidas. Evidentemente, este duro final para el animal ha originado distintas opiniones. Por un lado, tenemos a las personas que piensan que es una tradición cultural y un símbolo de nuestro país. Incluso, piensan que es un arte ya que la tauromaquia atrae a todo un público extremadamente entendido en las estrictas reglas que envuelven el toreo. Opuestamente, encontramos a las personas que ven este acontecimiento como una crueldad contra los animales. Este tipo de gente, cree que se deberían prohibir las corridas ya que el animal no tiene ninguna culpa de la superioridad que se cree tener el ser humano para ser capaz de matar, sufriendo, a costa de unas horas de ocio y diversión de algunos individuos.

Mi opinión se decanta más por el segundo bando expuesto. Creo que las personas no deben sentirse por encima de ningún animal para poder matarlo por diversión y me opongo, claramente, a hacerlos sufrir para llegar a este fin. Evidentemente, tampoco defiendo a ciertas personas que comparten este argumento que afirman que no se debe matar a ningún animal ni siquiera para comer ya que si no, no existiría la relación depredador-presa y muchas especies desaparecerían con el grave cambio que provocaría este hecho en la cadena trófica.
Por otra parte, aunque sea un poco contradictorio, tampoco me gustaría que se acabase con todo este mundo, y menos en estos tiempos de crisis, ya que dejaría sin trabajo a muchísima gente que se dedica en algo relacionado con los toros, ya sea cuidar al animal como vender entradas de las corridas, etc.

En conclusión, creo que el trato a esto animales inocentes es extremadamente cruel pero tampoco encuentro que se tenga que adoptar una solución tan drástica como eliminar estos eventos de nuestra cultura. Una buena solución sería continuar con las corridas sin dañar al toro como, por ejemplo, tocarlo con espadas con pinturas para que dejara alguna marca para poder verificar el lugar exacto donde se le ha tocado. De esta forma, continuaría el espectáculo y la tradición sin dañar a ningún otro ser vivo.

Laia Peruchet